Saga heredera de Orwell: “El castillo de los animales” de Xavier Dorison y Félix Delep. Norma Editorial.

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Hay libros que nos llaman desde sus portadas cuando los descubrimos por vez primera en nuestra tienda de cómics favorita. Lo hemos hablado muchas veces. Sin embargo el caso de El castillo de los animales es aún más especial, porque el impresionante trabajo del dibujante Félix Delep, con esa gatita aterida en mitad de la nieve a la que resulta imposible no mirar, no es ni una décima parte de la grata sorpresa que aguarda en el interior de este tomo integral editado por Norma Editorial. Inspirados por el clásico universal de George Orwell Rebelión en la granja, el veterano y efectivo guionista Xavier Dorison (Undertaker, Long John Silver), junto al soberbio dibujante Félix Delep reinterpretan los temas, conceptos y preguntas del original de Orwell en una visión única de la igualdad y la lucha por la justicia sin violencia. Editado originalmente en cuatro tomos en Francia, podemos considerarnos muy afortunados de que Norma edite, en formato de integral, con dos tomos por volumen integral, este sorprendente y magistral descubrimiento.

Lo que podría ser el principio de un hermoso cuento, gracias al preciosismo de las viñetas de Félix Delep, se nos descubre sin embargo y pronto como el principio de una pesadilla de tiranos y esclavos a quienes les venden la falsa idea de que son libres. En un castillo en mitad del bosque que comenzó siendo una fortaleza, y que se convirtió después en granja hasta que los hombres que la explotaban desaparecieron sin volver un día, los animales allí olvidados decidieron fundar una república. Por desgracia, el paso del tiempo y el egoísmo acabaron pronto con la utopía animal. Para cuando llegamos a lo que podía ser un paraíso de convivencia, lo que encontramos es otro lugar más gobernado por una casta privilegiada que impone su visión bajo la amenaza de la violencia sin perdón.

“Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”. La célebre ironía sobre el comunismo que George Orwell plasmó en uno de sus títulos más conocidos, Rebelión en la granja, parece una vez más el punto de partida ideal para esta nueva fábula que, a poco que la comparemos con el mundo exterior, resulta más vigente y real que nunca. No obstante, la vuelta de tuerca que el guionista Xavier Dorison le ha dado al tema en este monumental El castillo de los animales, va un poco más allá de la realidad que modeló la obra de Orwell. Ambientada la acción en algún lugar de la Francia de entreguerras, en una granja convertida en castillo y perdida en lo profundo del bosque, a esa soñada utopía republicana inicial, el presente consiste en que todos los animales trabajan incansablemente día y noche bajo el mando del autoproclamado presidente Silvio, un enorme toro asistido por una feroz milicia de perros, que no tienen reparos ni dudas en lanzarse contra los otros animales al cruel grito de “¡Morded!”.

En este ambiente opresivo y oscuro conocemos a la gata Miss Bengalore, doblemente doblegada por el trabajo al haber perdido a su marido y verse obligada a criar y proteger a sus dos gatitas, tratando de mantener la cabeza alta sin perder su dignidad. Y de pronto un día, llega del mundo exterior más allá de ese bosque una sabia rata callejera de nombre Azélar-Viejo-Gris cuyo destino acaba unido al de Miss B. y al vecino de ésta, un conejo llamado César que vende sus favores y conocimientos sexuales a todas las conejas del castillo. De tan curiosa alianza nace poco a poco un movimiento de resistencia contra la tiranía de Silvio pero con un objetivo muy claro: la rebelión sin violencia, mediante la desobediencia.

Orwell lo vio, pero no lo vio todo”, afirma Dorison tajante y firme en el preámbulo a esta obra. “Esta página no bastaría para desgranar esta triste lista. Orwell conocía las dictaduras: las vio, las combatió y las entendió. El retrato que hizo de ellas fue y es asombrosamente real”, añade el guionista de El castillo de los animales. “Pero el siglo XX no es solo la historia de una serie de fracasos de las aspiraciones a la libertad y la justicia. En la India, un hombrecillo enclenque, ‘un faquir medio desnudo’, como lo llamaba Churchill, consiguió lo imposible: hacer claudicar a uno de los mayores imperios de su época. En Estados Unidos, un pastor negro dio su vida por reivindicar la igualdad entre los blancos y la gente de color. En Sudáfrica, un preso político logró, con su ejemplo, la reconciliación ‘imposible’ entre negros y afrikáners y evitó un baño de sangre que se consideraba inevitable. En Polonia, un simple electricista plantó cara al poder. En Serbia, los jóvenes rockeros de Otpor liberaron a su país de un dictador sanguinario…” Y todo esto sí es la gran diferencia añadida y la base en El castillo de los animales. Como concluye Dorison sobre los ejemplos de personajes reales que cambiaron la historia sin usar la violencia: “ninguna de estas victorias se obtuvo por las armas ni a través de llamadas al odio, a la rabia o a la venganza. Estos héroes estaban dispuestos a morir por su causa, no a matar”. Esta fábula, concluye Dorison, “espera rendir homenaje a todos aquellos que nos mostraron que existía un camino —estrecho, peligroso, incierto, pero muy real— hacia un mundo mejor”.

La forma de hacerlo es realmente hipnótica. Dorison construye una historia enorme, en la que todos los personajes —tanto los inocentes como los verdugos— se van convirtiendo en piezas imprescindibles de un tablero de ajedrez donde sólo puede haber un ganador. Pero quizás lo más asombroso, si cabe, es el descubrimiento del dibujante Félix Delep. Formado en la prestigiosa escuela Émile-Cohl donde el mismísimo Lewis Trondheim fue uno de sus profesores, éste le aconsejó a Delep tratar de publicar sus dibujos en Le Journal de Spirou y dibujó para él un guión ilustrado de ocho páginas que se convirtió en Red et Blanco, el relato de dos pequeños zorros, uno rojo y otro blanco, que hacen travesuras. El resultado es que, gracias a esas páginas, Martin Zeller, editor en Casterman vio las páginas y al final éstas llegaron a Xavier Dorison, quien encontró al artista que estaba buscando para este titánico proyecto de cuatro álbumes. Y es que todos conocemos a muchos autores capaces de la difícil tarea de personificar animales con rasgos antropomórficos y vestirlos con apariencia humana. Pero lo que consigue Delep es digno de una maestría incluso mayor, ya que sus animales sólo se visten con su apariencia animal y, aún así, los ha dotado de tales rasgos y vida a través de sus expresiones que el resultado te deja literalmente con la boca abierta.

Como complemento perfecto a un tomo integral que ha supuesto para mí una verdadera revelación, sobre todo a nivel gráfico, el libro lo cierra un extenso e impresionante dossier con bocetos a lápiz, infinidad de pruebas de personajes con diferentes animales, entintados sobre pruebas, fragmentos del guión con su traslado a las páginas, esquemas, páginas en blanco y negro y además una galería con cuatro portadas a toda página de estos dos primeros tomos aquí incluidos: las originales francesas y las que sirvieron a la Edición de Lujo en Francia. Una obra que recomendaría leer los doce meses del año.

La impresionantes portada original francesa del tomo 1: “Miss Bengalore”.

SOBRE LOS AUTORES

XAVIER DORISON

Nació en París, Francia, el 8 de noviembre de 1972. Se diplomó en una Escuela de Comercio, pero pronto se dedicó a su verdadera pasión, que no era otra que escribir guiones de cómic. Debutó en el medio con la celebérrima obra El Tercer Testamento, con Alex Alice a los lápices. Fue un gran éxito tanto a nivel de crítica como de ventas. Después de esta serie, comenzó su larga colaboración con Mathieu Lauffray. Juntos crearon Prophet y un particular homenaje a Robert Louis StevensonLong John Silver. Entre sus demás guiones, cabe destacar el que realizó para el spin-off de XIIIXIII Mystery: La Mangosta, donde se explican los orígenes del temible asesino de Vance Van Hamme. Los tomos de Asgard (publicada originalmente en Francia por Dargaud) constituyen otro de sus proyectos más destacados.

FÉLIX DELEP

Félix Delep obtuvo un bachillerato científico y luego se quedó un año en el Atelier de Sèvres antes de ingresar a la escuela Émile-Cohl. Mientras estaba en su último año y considerando convertirse en pintor, su encuentro con Lewis Trondheim (que enseña en Émile-Cohl) llevó a Delep a publicar algunas páginas de cómics de animales en Spirou. Este trabajo fue descubierto por Xavier Dorison, quien le pidió a Delep que dibujara El castillo de los animales, una serie de cómics de animales inspirada en Rebelión en la granja de George Orwell.

Detelle de la portada de le Edición de Lujo en Francia del tomo 1 de El castillo de los animales.
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