Hace 5 años no quería saber nada del mundo,triste y frustrado me fui al Himalaya para no afrontar que no estaba en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro por una lesión en el tendón de aquiles.
A unas horas que de comienzo el atletismo en Tokio mi cabeza ha cambiado mucho, soy tremendamente feliz de volver a correr sin dolor y el sentimiento que más prevalece es el de orgullo por los amigos que han conseguido estar allí. Porque ellos han conseguido su sueño y aunque sea de otro modo quiero hacerlo un poco mío también.
No quiero que suene a despedida, no me rindo. Sigo pensando que yo también puedo estar en unos.
3 años, París también suena bien.