Imagina que eres de esos afortunados que tienen una idea genial que consiguen plasmarla en papel y que ésta guste a un editor que apuesta por tí y que además resulta que se convierte en un éxito que encima es capaz de pasar de generación en generación renovándose y adaptándose a todo tipo de público. Bueno, esa es la breve historia de las Tortugas Ninja, unos personajes reconocibles en una tienda de tebeos, en series de televisión, en el cine y en cualquier tienda de juguetes del planeta. Si eres de los que las conoces e incluso sigues su evolución, sabrás además que una nueva adaptación cinematográfica animada llega a los cines el próximo 25 de agosto. De modo que sí: sus creadores Kevin Eastman y Peter Laird acertaron de pleno dando vida a estas entrañables tortugas mutantes con nombres de artistas renacentistas: Raphael, Leonardo, Michelangelo y Donatello.
Aunque si hablamos de ellas aquí es para recordarte precisamente eso: que las Tortugas Ninja nacieron en los cómics de un modo para nada parecido a los universos multimedia que las han rodeado desde entonces. Casi rozando el underground y otorgándole desde sus inicios más importancia a las rocambolescas historias repletas de bastante mala leche, Eastman y Laird lo que consiguieron de verdad fue crear personajes con carácter, con los que empatizar incluso tratándose de tortugas parlantes, preparados para el paso del tiempo y las modas como queda demostrado.
Lo que os presentamos y desde luego recomendamos aquí es un evento bastante especial que Kevin Eastman cuenta mejor que nadie: «¡Esto si que fue un sueño hecho realidad! Considero a Richard Corben mi segunda mayor influencia –Jack Kirby es la primera-, y en 1985 reuní coraje, le escribí una carta y le envié a Fantagor Press (su editorial). En ella le decía que era «su mayor fan» y cosas así, cosas que seguro que nunca había oído… jamás… (¡ja, ja!). Estaba bastante seguro de que nunca me contestaría. Para gran sorpresa mía, me envió una nota maravillosa. Y, siendo el tío tan increíble que e4s, empezamos a enviarnos algunas cartas (…) y yo reuní aún más coraje para ver si podríamos trabajar juntos en una historia corta de Las Tortugas Ninja. (…) Aunque esperaba que la respuesta fuera negativa, él aceptó». Y así es como empieza este tomo, con la historia «Teníais que estar ahí», escrita, dibujada y rotulada por Kevin Eastman pero entintada nada menos que por el héroe del autor: el mismísimo Richard Corben.
El experimento se convirtió en una alocada mini aventura protagonizada por Michelangelo (la que fuera la primera Tortuga Ninja dibujada por sus creadores) donde se dan cita infinidad de referencias y temáticas que Eastman pensó afines al arte de Richard Corben: bárbaros, reinas malvadas, una indefinida edad media brutal… Lo cierto es, como recuerda Eastman, que pactó por supuesto una tarifa para el entintado que realizó Corben, además de ofrecerse a comprar las páginas originales cuando terminara el trabajo. Sólo que, demostrando que además de uno de los mejores artistas de cómic de la Historia siempre fue una gran persona, Corben no sólo le envió las páginas a Eastman, sino que se las regaló junto a otras coloreadas con la técnica de coloreado que empleaba él en su obra en aquella época. No es de extrañar pues su gran recuerdo de la experiencia: «de los muchos momentos álgidos de mi carrera trabajando con otros dibujantes en historias de Las Tortugas Ninja, este sigue estando en lo alto de mi lista. Todas las páginas originales están colgadas en el estudio de mi casa».
Pero lo que sigue a continuación es aún mejor y reafirma todo lo bueno de esta edición especial y sus muchos contenidos extra. El 25 de octubre de 1989 Kevin Eastman recibió una nueva carta de Richard Corben. Para sorpresa de éste y después de su breve colaboración juntos, Corben incluía junto a la carta el borrador de un guión para las Tortugas Ninja: «Tortugas por el tiempo». El resultado final que ahora se puede disfrutar en todo su esplendor en esta edición de ECC es un alocado relato con guión de Jan Strnad sobre la idea original de Corben dibujada y coloreada por este último. En él las cuatro inseparables Tortugas hacen uso (o abuso) de un cubo temporal que les envía Renet, quien lo ha «tomado prestado a Lord Simultaneous». La aventura (sin tiempo para pizzas esta vez) está servida y viajaremos desde un buque asaltado por piratas a la Edad Media e incluso a los inicios de seres humanos inteligentes (si eso es realmente posible), en un claro homenaje a «2001: una odisea en el espacio».
Siendo honestos y a la vista de las páginas que siguen a estas palabras como botón de muestra, puedes estar tranquilo: si buscas y compras este cómic por el hecho de ser obra de Corben, más que por ser una divertida historia de las Tortugas Ninja, harás igualmente felices a sus autores y, desde luego, tú disfrutarás de Corben en estado puro, lo cual, rebuscando en toda su lista inmensa de títulos, siempre es así. Yo aún no he tenido la mala suerte al menos de encontrar a un sólo aficionado al cómic que no adore a Richard Corben tanto como el propio Kevin Eastman.
Y atentos a la edición de ECC, que incluye no sólo los relatos de los que os hemos hablado, sino infinidad de ilustraciones adicionales, bocetos, guiones originales e incluso todo «Tortugas por el tiempo» entintado por Corben en blanco y negro antes de aplicar su también única forma de entender el color. Una verdadera joya de edición en tapa dura y sobrecubierta de plástico con el título serigrafiado que te arrepentirás de no haber conseguido el día que seguro se agote.