No es de extrañar el notorio esfuerzo promocional de ECC Ediciones con este Hinatsugi, el pueblo de las muñecas de la autora Aki Shimizu. Hay veces en que determinados productos cuentan con inversiones destinadas a meternos algo por los ojos a toda costa. Por suerte hay otras veces en que lo que queda claro es que, cuando tienes algo que merece la pena que conozcan todo el número de personas posibles, todo esfuerzo es poco. Leyendo Hinagatsu la sensación real es la de haber asistido a algo que merece la pena recomendar, tanto como descubrir y conocer a esta joven creadora a la que convendría no perder la pista en sus próximos pasos creativos. Curiosamente, esta obra llega en un momento en que ECC en particular está dejando clara la importancia del terror llegado y legado por Japón. De entre la innumerable lista de nuevos mangas que invaden las costas occidentales, la presencia de temática relacionada con el horror entendemos que va asociada directamente a un mercado tan al alza como cualquier otro título de manga en sus diferentes géneros. Para suerte del aficionado, raro es el mes en que no tenemos la suerte de poder disfrutar de nuevas cabeceras firmadas por autores como Junji Ito, quien de hecho ahora mismo incluye todo un coleccionable a la venta.
Por eso aún mejor es comprobar la apuesta de firmas como ECC para descubrirnos nuevos nombres, autores y posibilidades dentro de un género que vive o sigue viviendo ahora mismo su mejor momento (a las continuaciones de continuaciones de series ya casi ancianas se unen otras como From, se reeditan incluso libros con los mejores cómics norteamericanos de terror de los años 50 del siglo pasado o se llegan a estrenar hasta dos y tres películas de terror en cines en una misma semana). Y la verdad es que Aki Shimizu es todo un descubrimiento a celebrar. Dando una vuelta de tuerca a algo teóricamente inocente, Shimizu nos presenta un relato realmente oscuro que, según ella misma explica, en realidad «se basa en la tradición japonesa del hinamatsuri. El día 3 de marzo se celebra la fiesta de las niñas y es costumbre exhibir unas muñecas. Pero si se exploran sus orígenes hay quien dice que se basan en rituales de hechicería. Yo le añadí el componente de terror». Con un arranque de vértigo en que la autora parece rendir homenaje a todos los arquetipos de relato con final trágico, cuatro amigos pertenecientes al «Club de las Ruinas» de la Universidad de Mikawa se adentran en las montañas a la búsqueda de un pueblo perdido de antes de la guerra para fotografiarlo.
Sorprendidos por la lluvia, una tormenta y el anochecer, acaban con una de las excursionistas herida pero, en principio, salvados, cuando de la espesura aparece una misteriosa niña que les acompaña hasta una mansión perdida y aparecida en mitad de la nada donde los acontecimientos que siguen son incluso más inesperados de lo que cabría esperar. Y es que la montaña esconde en realidad todo un pueblo del que ningún habitante de la zona quiere oír hablar. «La historia de una pequeña aldea en las profundidades de las montañas donde se practica una extraña tradición y en la que una persona corriente acaba allí perdida es un clásico del terror japonés -explica la autora-. Si ha parecido tan real puede que se deba a que, de forma inconsciente, he reflejado las historias que se han escrito no solo en el manga sino también en películas, en videojuegos de terror y en otros medios audiovisuales».
Con una línea algo más clara de lo habitual para este género de manga, Aki Shimizu reconoce que sus influencias provienen de clásicos como Daijirô Morohoshi, autor de series como Saiyûyôenden y Shiori to Shimiko. En cualquier caso lo que resulta más evidente es la frescura en el tono, la originalidad de la historia y el toque gótico mezclado a partes iguales con gore, donde a lo explícito de escenas del todo inquietantes se suma un claro trasfondo de historia de amor capaz de vencer tiempo y maldiciones pero encajando con la perfección artesana de las historias bien escritas japonesas. El resultado es un tomo único que no puedes abandonar una vez empiezas, del mismo modo que te costará dejar a personajes carismáticos de los que te quedas con la sensación de haberte aproximado demasiado poco tiempo a sus vidas, incluso si éstas transcurren en un cuento de terror.
SOBRE LA AUTORA
Nacida un 16 de octubre, fue en 1995 cuando Aki Shimizu debutó como dibujante y creadora de personajes en diferentes revistas de videojuegos. No mucho después, en el año 2000, publica su primer manga con guión de Saki Okuse: Blood sucker. Demostrada su versatilidad, dos años más tarde editó ya su primer manga como autora completa, haciéndose cargo del guión y dibujo de Qwan, desde 2002 a 2008. Alternando su faceta de autora completa con el de ilustradora (cómic, videojuegos e incluso juegos de cartas), Aki Shimizu acapara un merecido interés desde la publicación de Hinatsugimura (Hinatsugi, el pueblo de las muñecas) en 2019 y ahora mismo se encuentra dibujando un manga para una antología sobre mangas de terror de autores japoneses que saldrá en otoño para VIZmedia, en Estados Unidos con portada de Junji Ito.