El tercer disco del cuarteto, reafirma, una vez más, que siguen en la búsqueda de un sello personal, cada vez más latente en sus canciones y su sonido. Producido por la propia banda, junto al productor Javi San Martín, exploran nuevos caminos, atrapando al oyente desde el primer tema y single ‘El Acierto de Nada’, dónde reconocemos a los antiguos Distrito, abriendo las puertas de un nuevo lugar donde antes no les habíamos visto.
En este último trabajo, compuesto por 11 canciones, se atreven con sintetizadores, pianos, lap steel, sin dejar de lado su huella rockera más notable en algunos temas, pero con un sonido mucho más sincero y orgánico, ese que tanto pueden apreciar los amantes de la música y que hoy en día muchas veces añoramos.
Seis años pueden dar para mucho y así lo están demostrando. Superación y un paso adelante en cada nueva obra. Se divisa la madurez de una banda consolidada. Ya no son los chavales que empezaban, y eso se nota también en los textos. Las letras de Xavi calan en nosotros como nunca lo han hecho antes.
Este ‘Canciones para un mundo sordo’ es el claro ejemplo de cómo una obra sin demasiados artificios puede ser elegante y completa. Un disco en el que no sobra ni falta nada. Distrito Rojo demuestra, una vez más, que tienen mucha música que brota de sus entrañas.