La editorial Astronave, siempre dispuesta a sorprendernos, acaba 2024 con una deliciosa pequeña obra maestra que se sale de sus colecciones juveniles habituales o sus cuentos infantiles donde niños y adultos pueden disfrutar siempre de su acertada selección de títulos. Pero en este caso cualquiera a partir de 3 años, como indica la editorial en su página web, quedará asombrado de su particular apuesta por un título de corazón europeo que, antes de empezar a leer, tiene todas las de ganar: imagina juntos a Lewis Trondheim, uno de los creadores de la mítica L’Association en Francia que revolucionó la forma moderna de afrontar el cómic moderno, junto a un autor y una autora españoles tan internacionales y celebrados como Sergio García y Lola Moral, inseparable y perfecto dúo creativo que han aportado dibujo y color a obras tan imprescindibles como El cielo en la cabeza (Norma Editorial, 2023), junto a Antonio Altarriba. Cruce de caminos en el Valle Dorado no es uno, sino cuatro cuento-cómics infantiles recopilados en un vistoso cofre de lujo donde, en realidad, Trondheim y Sergio García, merecido Premio Nacional de Ilustración de España en el año 2022, vuelven a poner juntos patas arriba los límites del Noveno Arte como ya lo hicieran en su portentosa obra desgraciadamente descatalogada Los tres caminos (Ediciones Sins entido, 2006), donde los autores tejían tres historias en torno a tres caminos diferentes que se iban entrelazando en un curioso rompecabezas visual del que ambos salían victoriosos.
La clave de Cruce de caminos en el Valle Dorado está en su elaborada portada, que resume en este magnífico cofre las cuatro diferentes aventuras e historias que esperan ser leídas en cualquier orden porque todas pasan por la misma casa del Valle Dorado en algún momento. Dentro del cofre y con el mismo cuidado en su encuadernación y edición, nos aguardan cuatro cuentos que irán desgranando los secretos de cada una de las cuatro esquinas que nos miran desde la portada. Bienvenidos a una experiencia de las que no se olvidan.
Esta es la historia de una pequeña niña fantasma que descubre sus nuevos poderes y que reflexiona sobre la muerte y la vida.
Si eres aficionado a los cuentos y autores góticos, posiblemente te dirá bastante el nombre de Edgar Gorey, un peculiar autor en el que, con toda probabilidad, Tim Burton se inspiró para inventarse a si mismo como creador. Provocador y atroz a veces, el tono aparentemente inocente e infantil de sus ilustraciones encerraba oscuridades tan curiosas como el repetido formato cuadrado de muchos de sus libros ilustrados, como es también el caso de Cruce de caminos en el Valle Dorado (20×20 cm.) Lewis Trondheim y Sergio García serían perfectos herederos temáticos de este «La niña fantasma» con el que empezamos dado que, si bien recomendado para 3 años, considero que cualquier madre o padre deberán explicar a sus hijos que la frase con la que comienza el cuento: «estar muerta es como estar viva, pero además puedo volar» es algo a evitar en la medida de lo posible. Pero lo que viene después es un precioso y prodigioso cuento en blanco, negro y grises de las increíbles aventuras de una niña fantasma que deambula entre dos mundos. ¿Logrará dejar atrás el recuerdo de su hermana gemela, su perro y su padre?
Esta es la historia de un perro que quiere salvar a su dueña en apuros pero que asusta a todo el mundo.
Si te decides después por «Una vida perruna», la propuesta la conduce en primera persona otro protagonista bien curioso: el perro de la niña del relato anterior quien, acertadamente, reflexiona «yo no se muy bien si me llamo «aquí»… «dáme la patita» o si a lo mejor me llamo «no» que es lo que dicen más a menudo». Desde el punto de vista del animal más fiel y noble con el que los seres humanos tenemos la suerte de convivir si se da la oportunidad, las reflexiones de este buen perro a través de los sencillos pero contundentes textos de Trondheim son de un acierto exagerado, dándonos mucho que pensar, como cuando los amigos de la niña que vive con él vienen a verla y el can piensa para sí mientras los humanos miran las pantallas de sus móviles: «a veces hablan, otras miran la luz. Seguro que mirar esa luz es muy importante, porque lo hacen todo el tiempo». Tan original como el cuento en sí es el increíble tratamiento de dibujo y color en este caso: estilizado trazo de Sergio García para los personajes mientras que los fondos discurren por una serie de elaboradas tramas y texturas de color tejidas por Lola Moral que le otorgan a «Una vida perruna» un tono de ensueño total.
Esta es la historia de un niño que quería desesperadamente un perro al que le regalan un gato.
«El niño que no quería un gato», como los anteriores y el siguiente cuento, aparte de tener momentos en que se cruzan unos y otros en varios puntos que dejo al lector o lectora descubrir y disfrutar en todos los casos, encierra esa antigua sabiduría que siempre han encerrado los cuentos infantiles, enseñándonos a partir de los ejemplos, de la práctica, de lo real incluso si estamos leyendo una historia imposible. Trondheim se vale en todas estas pequeñas historias para recordarnos lo fácil que nos olvidamos a veces de los valores más sencillos y más importantes. Familia, amistad, como a veces perdemos de vista la importancia de quienes tenemos más cerca hasta que la tragedia nos recuerda lo que realmente importa. Como el resto de narraciones, «El niño que no quería un gato» encierra prodigios, enseñanzas que quizás teníamos olvidadas y todo ello lo trata con ese humor tan suyo que apenas deja nada que añadir. Bueno, salvo la magnífica simbiosis de los dibujos de Sergio García con ese estilo depurado de Trondheim en lo que nos quiere contar, traducido en un cuento que tiene, en este caso, más de cómic tradicional con sencillos y efectivos colores planos que el resto.
Esta es la historia de un presidente que se dedica a buscar y cazar criaturas sobrenaturales con magia y artes marciales.
«Un presidente distinto a los demás» fue en realidad el primero de estos cuatro extraordinarios cuentos que leí al llegar Cruce de caminos en el Valle Dorado a mis manos. Y quedé tan atónito que no tuve más remedio que leer de inmediato los otros cuatro. El truco de todos ellos, además, es que, cuando los lees y encuentras el cruce de personajes en diferentes páginas, cuento y con diferentes técnica, al final la tentación te hace releerlos todos de nuevo. Créeme, salir del bucle creativo de alguien que mantuvo La Mazmorra viva durante tantos años es difícil en este caso recomendable para niños y adultos de igual modo. Narrado como «El niño que no quería un gato» al más puro estilo de las mejores viñetas escritas por Trondheim, en este caso resulta más evidente su lado satírico y ácido en una historia que, como acertadamente anuncia el texto en la contraportada, nos mete de lleno en la agenda cotidiana de un presidente de república que, en lugar de tener que hacer frente a pilas de infinitos informes y problemas reales, ha de enfrentarse a las amenazas sobrenaturales que le esperan cada vez que pasas una página o en lo que tardas en maravillarte ante una viñeta para pasar a la siguiente. Sin duda el más divertido y surrealista de los cuatro, el broche a esta lectura o el inicio si decides empezar por aquí, no podía ser mejor.
Teniendo en cuenta la experiencia, logros y páginas que estos autores llevan escritas y dibujadas, que sean capaces todavía a estar alturas de darle vueltas a todo lo conocido para ofrecernos una maravilla como Cruce de caminos en el Valle Dorado, lo dice todo de cómo han llegado al punto en que se encuentran sus carreras profesionales. Porque, lejos de repetirse, Trondheim es capaz de retorcer el proceso narrativo para hacernos quedar embobados y maravillados como si cualquier adulto pudiese volver a ese momento mágico de la infancia en que todo es un descubrimiento, algo insólito. Por su parte, el dominio gráfico de Sergio García y la estudiada y original aportación al color de Lola Moral llenan las páginas de estos cuatro cuentos (que son uno) con los trazos mínimos capaces de expresarlo todo sin nada superfluo, en una mezcolanza de estilos única e irrepetible. El libro que deberías regalar o regalarte sin lugar a ninguna clase de duda en estas fechas o en cualquier otro momento del año.
SOBRE LA AUTORA Y AUTORES
LEWIS TRONDHEIM
Seudónimo de Laurent Chabosy, nació el 1 de enero de 1964 en Fontainebleau (Francia). En 1987 asiste a un coloquio sobre la historieta celebrado en Cerisy, donde conoce a Jean-Christophe Menu, quien le descubre las posibilidades del medio. Al año siguiente lanza su primer fanzine, ACCI H3319 y en 1990 funda con Menu y otros dibujantes el colectivo L´Association, destinado a la edición y promoción de jóvenes valores, que en breve se convierte en una referencia imprescindible del cómic independiente en Europa. En 1992 aparece el primer álbum de su primer personaje importante, el conejo Lapinot, Lapinot et les carottes de la Patagonie; el siguiente, Slaloms, le valdrá en 1994 el premio Alph´Art al mejor autor revelacióndel Salón de Angoulême y un contrato con Dargaud para realizar álbumes en color de Lapinot. Ese mismo año lanza las andanzas sin palabras de La Mosca, publicada inicialmente en la revista de L´Association Lapin y luego por la editorial japonesa Kôdansha, antes de ser redibujada para su edición en álbum y de conocer una adaptación en dibujos animados. A partir de ahí multiplica sus colaboraciones para revistas –Spirou, Okapi, Je Bouquine, etc.- y sus álbumes, tanto para grandes editoriales como para L´Association y otros sellos independientes. En 1998 presenta The Nimrod, publicado directamente en álbumes por la editorial estadounidense Fantagraphics y, junto a Joann Sfar, da a luz la que será su mas célebre creación, La Mazmorra, desopilante parodia de los universos de los juegos de rol con protagonistas animales, para la editorial Delcourt, dividida a su vez en varias subseries –Amancecer, Zénit, Crepúsculo, etc.- y contando con la colaboración de dibujantes ocasionales como invitados. Sus siguientes series, solo o en colaboración, incluyen entre otras Les trois chemins (Delcourt, 2000, con Sergio García), Pequeño Papá Noël (Dupuis, 2000, con Thierry Robin), Les cosmonautes du futur (Dargaud, 2000, con Manu Larcenet), Venezia (Delcourt, 2001), El rey Catástrofe (Delcourt, 2001, con Fabrice Palme), Allez raconte (Delcourt, 2001, con José Parrondo) Kaput & Zösky (Delcourt, 2002) y la serie de cuadernos de croquis Carnet de bord (L´Association, a partir de 2002). Autor prolífico –más de 80 álbumes en apenas quince años de carrera-, Trondheim se ha erigido como uno de los líderes incontestables de la “nouvelle b.d.” gala.
SERGIO GARCÍA
Sergio García Sánchez (Guadix, España. 1967) estudió Bellas Artes en la Universidad de Granada donde actualmente imparte clase como Profesor titular de Universidad. Es artista, historietista e ilustrador. Ha trabajado para Dënoel, Norma Editorial, Dupuis, Toon Books, Fantagraphics, Dargaud, Delcourt, Glénat, Dibbuks, Actes Sud, The New Yorker, The New York Times, El País Semanal, Grupo Correo, Ediciones SM, Ediciones Santillana y Edebé, entre otros. Su trabajo ha sido reconocido con el Premio Nacional de Ilustración de España en el año 2022 y por The Society of Illustrators (2023-2022-2021-2016), American Illustration (AI37), Premios ÑH (2019-2020), FESPA (2020), APIM (2019), School Library Journal (2016), Kirkus (2016), Festival Internacional de Bande Dessinnée de Sierre (2001) o CBBD-Centre Belge de la Bande Déssinne. Asimismo, ha participado en proyectos expositivos en París (Musée National Picasso), Nueva York (Society of Illustrators), Angoulême (Musée de la Bande Dessinée), Bruxelles (CBBD), Frankfurt (Feria Internacional del Libro), Madrid (Biblioteca Nacional de España), Granada (Centro de Arte Contemporáneo José Guerrero y Crucero del Hospital Real) y muchas otras.
LOLA MORAL
Lola Moral (Montalbán de Córdoba, España. 1964) estudió Bellas Artes en la Universidad de Granada y es Técnica superior de Artes Plásticas y Cerámica Artística por la Escuela de Arte Val del Omar de Granada. Es artista multidisciplinar, colorista y guionista. Ha trabajado para Dënoel, Norma Editorial, Dupuis, Toon Books, Fantagraphics, Dargaud, Delcourt, Dibbuks, Actes Sud, The New Yorker, El País Semanal, EME21, Diario Ideal, Grupo Correo y Ediciones Santillana, entre otros. Ha participado en numerosos proyectos expositivos en Washington (Sala de exposiciones de la Embajada española) Frankfurt (Feria Internacional del Libro), Granada (Crucero del Hospital Real, Sala Gran Capitán, Biblioteca de Andalucía, Galería Arrabal, Cuarto Real de santo Domingo, Carmen de la Victoria), Jaén (Museo Provincial), Cádiz (Museo de Cádiz – Casa Pinillos) y Valdepeñas (Museo Municipal).
