“Edgar P. Jacobs. El soñador de apocalipsis” de François Rivière y Philippe Wurm. Norma Editorial.

EL CÓMIC QUE NARRA LA APASIONANTE VIDA DE EDGAR P. JACOBS, EL CREADOR DE BLAKE Y MORTIMER, EL MÁS CÉLEBRE ARTISTA DE LA HISTORIETA BELGA JUNTO A HERGÉ.

Poco antes de que también Norma Editorial edite el primer y esperadísimo tomo de Blake y Mortimer, se ha editado esta elaboradísima, cuidada y hermosa novela gráfica donde el escritor y guionista François Rivière y el dibujante Philippe Wurm cuentan la vida de su creador, Edgar P. Jacobs, con el mismo lenguaje con el que éste entretuvo durante décadas a públicos de todas las edades: el cómic. Unido a su inolvidable serie de Blake y Mortimer, el nombre de Jacobs nos remite además a la época dorada del la historieta belga, donde éste fue uno de sus máximos exponentes junto al mismísimo creador de Tintín, Hergé, como fielmente se refleja en este libro.

El reto y la idea surgió precisamente de dos devotos seguidores de Edgar P. Jacobs, a día de hoy dos curtidos autores que ejerciendo su profesión, decidieron convertir a Jacobs en un personaje tan creíble, digno y llamado a perdurar como todos aquellos que fue él capaz de crear en sus páginas. François Rivière recuerda y, de hecho, lo podemos leer en el epílogo a esta novela gráfica cómo, siendo un joven amante de los tebeos, y sobre todo de Blake y Mortimer, escribió a Jacobs manifestándole su admiración, a lo que éste le respondió amablemente con una carta mecanografiada en la que además le envió un dibujo a lápiz que representaba al profesor Mortimer con el casco que le acompañaría a través del tiempo en una de sus aventuras. “Sentía verdadera pasión por las aventuras de los dos héroes ingleses -reconoce Rivière– y la recompensa que me concedía su creador por las horas incomparables que había pasado en su compañía adquiría de pronto el valor de viático para el futuro. Resultaba obvio que no me detendría allí. Tenía que conocer a quien, quizás, no esperara tanta audacia de mi parte”. La insistencia y perseverancia de Rivière, quien seguía profesando su amor por las viñetas y en especial las de Jacobs muchos años después, se materializó en un encuentro en el retiro del artista, en el Bois des Pauvres, donde pudo conversar largo y tendido con su ídolo, hasta el punto de que, con el tiempo, llegaría a escribir un libro sobre él junto con Benoît Mouchart.

Esos repetidos encuentros, recordados al final de Edgar P. Jacobs, el soñador del apocalipsis, pasaron de ser notas mentales para poner las bases a parte de la estructura de esta novela gráfica. Basado en aquel primer encuentro, que fue el primero de muchos, así como en otras entrevistas y materiales recopilados por los autores, esta historia responde a un exhaustivo trabajo de documentación, con el objeto de mostrar del modo más fidedigno el perfil de un creador personalísimo, desde sus primeros trabajos en el mundo del diseño y la publicidad a su fugaz carrera como cantante de ópera, a la que renunció para dedicarse por entero al dibujo cuando encontró a editores dispuestos a pagarle por desarrollar historias propias. Dividido en nueve capítulos magistralmente ideados, Rivière desarrolla en Edgar P. Jacobs, el soñador del apocalipsis una recreación y dramatización de la vida de Jacobs reconstruida a partir de muchas entrevistas con un respeto y seriedad evidentes, incluso los capítulos dedicados a la azarosa vida amorosa del dibujante.

En lo tocante a la magistral parte gráfica de Philippe Wurm en Edgar P. Jacobs, el soñador del apocalipsis, éste confirma sin duda la misma admiración por Jacobs: “llevo 25 años pensando en su obra”, explica el dibujante. “He puesto todo mi interés en su universo gráfico, y he acabado sabiendo mucho también del hombre. Es muy simpático. Tiene zonas misteriosas y por tanto interesantes que contar. Al principio había acumulado mucha documentación, y pensé que podría realizar este proyecto solo. Y luego leí por casualidad la biografía de Rivière y Mouchard sobre Hergé. También había leído el libro de ambos sobre Jacobs. Contacté con Rivière, me presenté y me dijo que el proyecto era genial. Nuestra amistad comenzó a tomar forma”.

Mezclando con sorprendente agilidad los episodios cotidianos de Jacobs con su devenir profesional, son realmente interesantes los episodios en los que se cuenta como la maestría de Jacobs al dibujo le sirvió para copiar nada menos que a Alex Raymond para dibujar Flash Gordon cuando los fotolitos del cómic dejaron de llegar a Bélgica debido a la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Particularmente reveladores también son los capítulos en los que se cuenta como, a partir de una aparente amista, el Hergé creador de Tintín uso esa misma destreza con los pinceles de Jacobs para ponerle a trabajar, siempre en la sombre, como asistente a sus órdenes, llegando a ser el colorista en títulos tan legendarios como Tintín en el Congo, Tintín en América, El Loto Azul o El cetro de Ottokar. Se dice que incluso el personaje de Bianca Castafiore es probablemente un guiño de Hergé a Jacobs, que estuvo a punto de ser cantante de ópera, mientras que Hergé la detestaba.

Cualquier amante del cómic europeo y en especial de las inolvidables aventuras de Blake y Mortimer asistirán extasiados al proceso y concepción de la mayor parte de sus álbumes, a su creciente éxito y al minucioso y laborioso proceso de creación que se basaba, cual director cinematográfico, en encontrar y reproducir los escenarios idóneos para las aventuras de sus personajes. Cualquier estudioso o aficionado del noveno arte encontrarán además en este Edgar P. Jacobs, el soñador del apocalipsis un viaje único al universo creativo de un autor cuyos personajes pervivirán por encima de su nombre, como sólo ocurre con los verdaderos genios. Además los habituales a Blake y Mortimer disfrutarán especialmente con la increíble recreación al dibujo de Philippe Wurm, digno heredero de esa línea clara europea que tanto Hergé como Jacobs hicieron célebre en el mundo entero. Y es que Wurm, aparte de imitar desde su propio estilo la forma de contar en viñetas de Jacobs, esconde en infinidad de éstas guiños a la obra original del autor belga y a sus composiciones únicas. A este respecto su trabajo ha sido verdaderamente tan minucioso que en las sobrecubiertas se incluye un plano de Bruselas, la ciudad abiertamente amada por Jacobs, con los lugares en los que vivió Jacobs y los mencionados a lo largo de todo el cómic, señalándose además la página del cómic en el que aparecen fielmente recreados por Wurm. Detalles como éste hacen de Edgar P. Jacobs, el soñador del apocalipsis una obra altamente recomendable si tú también eres de los que está deseando que llegue ese mencionado primer integral de las aventuras de Blake y Mortimer. Posiblemente la mejor, más intensa e interesante biografía en viñetas que jamás he leído.

SOBRE LOS AUTORES

FRANÇOIS RIVIÈRE

(Saintes, Francia, 1949) es un crítico literario, firma habitual de Le Figaro, que además es traductor y biógrafo, y también editor, novelista, y guionista de historietas. Dedicó una obra a Hergé antes de crear al personaje sir Francis Albany junto al dibujante Floc’h ​ en la revista Pilote. A finales de los 70 desarrolla varias historias breves dibujadas por Andreas Martens, y junto a José-Louis Bocquet alumbra el proyecto Le privé d’Hollywood, una historieta policial realizada por Philippe Berthet. También publica Pourquoi Pas? en Le Journal de Tintin, y luego Hello Bédé, donde colabora con Gabrielle Borile y redacta los textos de Victor Sackville, una serie dibujada por Francis Carin. También escribe Peter Pan: le lagon aux sirènes con Jean Pierre Danard y François Pierre, y adapta Le Crime de l’Orient-Express 2 con Jean-François Miniac, y luego Mort sur le Nil en 1996. Es también es el autor de varias novelas, así como de algunos ensayos y bibliografías, entre ellas La Damnation d’Edgar P. Jacobs, con Benoît Mouchart, que lleva al cómic de la mano del dibujante Philippe Wurm.

PHILIPPE WURM

(Lugano, Suiza, 1962), es un dibujante y especialista de cómic francobelga. Después de empezar haciendo cómics sobre tenis y fútbol, se aventuró en la adaptación de novelas policíacas para el editor Claude Lefrancq, sobre todo con la serie Maigret (1992-1994). Siguiendo activo en el género del thriller, trabajó con el escritor Stephen Desberg en la serie de misterio arqueológico Le Cercle des Sentinelles (1998-2000), y después con Jean Dufaux en las series de detectives Les Rochester (2001-2009) y Lady Elza (2011-2014). Experto también en el medio del cómic y su historia, colaboró con el escritor François Rivière en una biografía en cómic de uno de los maestros del cómic europeo, Edgar Pierre Jacobs (2021).

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