El dibujante George Bess devuelve a la vida al «Frankenstein» de Mary Shelley. Edita Norma Editorial.

En una época tan propicia a disfrutar de sobremesas largas y días que sólo pierden la luz cuando en invierno llevamos horas durmiendo, queremos recomendaros una serie de títulos que, si bien son disfrutables en cualquier otra época del año, seguro que añaden más buenos recuerdos a tu verano si te pierdes en sus páginas. Y comenzamos con un clásico absoluto de la literatura y, dentro de ésta, imprescindible del género de terror. Por supuesto, sí: no hay ser humano que no conozca al monstruo de Frankenstein creado por la inmortal Mary Shelley. Y cómo mínimo, incluso sin ser aficionado a la temática fantástica de la novela original, seguro que conoces al menos tres adaptaciones cinematográficas, alguna teatral y decenas de versiones en cómic. Bueno, ese es uno de los grandes detalles que tienen los clásicos: las obras que persisten al paso del tiempo son vistas con ojos diferentes según la época en que se lean. Hoy en día, de hecho, muchas obras originales corren el peligro de desaparecer por la nefasta influencia de la «corrección política». En el otro lado: nadie lee ni visualiza el mismo libro de la misma forma. Centrados en el cómic, son muchas las versiones que nos han hecho quitarnos el sombrero y que resulta imposible no admirar, como podrían ser el impresionante Frankenstein ilustrado por el maestro Berni Wrightson. Aunque muchos otros autores célebres se han atrevido a ofrecer su versión y deleitarnos con visiones diferentes del clásico monstruo: desde grandes del terror como el japonés Junji Ito hasta dibujantes habitualmente irreverentes como el alemán Ralf König, autores innovadores como Gris Grimly o Ben Stenbeck (con guión de Mike Mignola) e incluso autores tan nuestros como Azpiri y Forges.

En todos los casos el respeto por la creación original de Mary Shelley hace que sea posible disfrutar de cada uno y todos esos monstruos hasta llegar a esta nueva adaptación de otro veterano del cómic como es George Bess. En su caso, su admiración por las criaturas oscuras le llevó previamente a dar vida en viñetas al personaje de Drácula, igualmente recomendable, desde su contenido al formato en que ha sido editado, ya que Norma se ha tomado la molestia de respetar unas excelentes ediciones en tapa dura con incrustaciones doradas (en el caso de Drácula) y plateadas (el caso de Frankenstein) con un papel de sobrado gramaje que hacen que la lectura sea doblemente placentera.

Una vez llegados a la primera página el autor nos apabulla con su detallismo artesano a través de un pulcro dibujo en blanco y negro. A poco que leáis también la biografía de George Bess comprenderéis que, aparte de una dilatada trayectoria repleta de publicaciones reconocidas y admiradas como El Lama Blanco o Juan Solo, Bess es un dibujante de corte clásico, ideal para un trabajo como éste en el que su experiencia creando sombras y espacios jugando con un solo color es verdaderamente magistral. Y es que no sólo se trata de que Bess siga fielmente la novela de Shelley, que lo hace en amplias secciones donde el dibujo es narrado siguiendo el texto original, sino que los claroscuros de muchas viñetas son un marco incomparable para crear verdadera tensión visual con la oscuridad de un entramado sin fin o páginas donde el blanco nos traslada a glaciares, llanuras heladas o montañas inconmensurables. La mezcla que Bess realiza de los momentos de autoconocimiento del monstruo con paneles donde los diálogos tienen un hueco crea un ritmo innegable apenas percibido pero que hace que la lectura de una historia mil veces leída y vista nos aporte muchas cosas nuevas. Su diseño del monstruo es capaz de infundir desasosiego más allá de las viñetas. Y en los momentos de mayor tristeza o revelación la tinta respira desolación y toda la rabia y soledad del monstruo. Si Frankenstein es una de las cumbres de la novela gótica, la forma en que Bess ha interpretado la historia es la definición de lo que debería ser un cómic gótico.

Sabiendo de antemano que estamos ante un relato sin final feliz, esta versión de Frankenstein te atrapa como todas las grandes tragedias y, más allá de la historia conocida, lo hacen con ilustraciones que nos hacen pararnos atónitos en la mayoría de viñetas que lo componen, hipnotizados por las desdichas de una trama que comenzó siendo el sueño de la creación para convertirse en la pesadilla de todas los condenados por las decisiones equivocadas. Y todo ello en una edición magistral.

SOBRE EL AUTOR

Georges Bess

Nacido en Túnez en 1947, pasa su infancia y adolescencia en París, donde cursa estudios artísticos y tantea campos como la escultura y el cine de animación, además de publicar algunos trabajos en la revista Pilote. En 1970 se traslada a Suecia, donde colabora para diversos tebeos de dicho país, incluyendo la edición sueca de Mad, empleando a veces los seudónimos de Tideli o Nisseman. A partir de 1975 dibuja numerosos episodios de The Phantom (El Hombre Enmascarado) para el mercado escandinavo, tras lo cual regresa en 1987 a Francia. El mismo año crea, con guión de Alejandro Jodorowsky, El Lama Blanco, serie que le fue inspirada por un viaje al Tíbet, y de la que aparecerán seis álbumes, editados por Les Humanoides Asocies, responsable asimismo de la mayor parte de su producción. Con el mismo guionista, para un público más juvenil, lanza Los gemelos mágicos para Le Journal de Mickey. Siempre con Jodorowsky, en 1990 retoma el personaje que este último había creado en los años 60 en México, Aníbal 5, y cuatro años más tarde, ambos autores inician la saga de Juan Solo. que se extenderá a cuatro álbumes. En 1998 Bess elabora su primer álbum realizado en solitario, Escondida, y al año siguiente, con textos de Pierre Louÿs, ilustra el segundo volumen de Aphrodite, historia erótica cuya primera entrega había sido dibujada por Milo Manara. Para la editorial Carabas crea en el 2000 dos álbumes de Leele et Krishna, serie escrita por su esposa Layla ambientada en la antigua India. En 2004 cambia de registro al presentar la novela gráfica Bobi, editada por Casterman, más centrada en el humor que sus anteriores creaciones. Bess reside actualmente en las Islas Baleares.

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En todos los casos el respeto por la creación original de Mary Shelley hace que sea posible disfrutar de cada uno y todos esos monstruos hasta llegar a esta nueva adaptación de otro veterano del cómic como es George Bess. En su caso, su admiración por las criaturas oscuras le llevó previamente a dar vida en viñetas al personaje de Drácula, igualmente recomendable, desde su contenido al formato en que ha sido editado, ya que Norma se ha tomado la molestia de respetar unas excelentes ediciones en tapa dura con incrustaciones doradas (en el caso de Drácula) y plateadas (el caso de Frankenstein) con un papel de sobrado gramaje que hacen que la lectura sea doblemente placentera.

Una vez llegados a la primera página el autor nos apabulla con su detallismo artesano a través de un pulcro dibujo en blanco y negro. A poco que leáis también la biografía de George Bess comprenderéis que, aparte de una dilatada trayectoria repleta de publicaciones reconocidas y admiradas como El Lama Blanco o Juan Solo, Bess es un dibujante de corte clásico, ideal para un trabajo como éste en el que su experiencia creando sombras y espacios jugando con un solo color es verdaderamente magistral. Y es que no sólo se trata de que Bess siga fielmente la novela de Shelley, que lo hace en amplias secciones donde el dibujo es narrado siguiendo el texto original, sino que los claroscuros de muchas viñetas son un marco incomparable para crear verdadera tensión visual con la oscuridad de un entramado sin fin o páginas donde el blanco nos traslada a glaciares, llanuras heladas o montañas inconmensurables. La mezcla que Bess realiza de los momentos de autoconocimiento del monstruo con paneles donde los diálogos tienen un hueco crea un ritmo innegable apenas percibido pero que hace que la lectura de una historia mil veces leída y vista nos aporte muchas cosas nuevas. Su diseño del monstruo es capaz de infundir desasosiego más allá de las viñetas. Y en los momentos de mayor tristeza o revelación la tinta respira desolación y toda la rabia y soledad del monstruo. Si Frankenstein es una de las cumbres de la novela gótica, la forma en que Bess ha interpretado la historia es la definición de lo que debería ser un cómic gótico.

Sabiendo de antemano que estamos ante un relato sin final feliz, esta versión de Frankenstein te atrapa como todas las grandes tragedias y, más allá de la historia conocida, lo hacen con ilustraciones que nos hacen pararnos atónitos en la mayoría de viñetas que lo componen, hipnotizados por las desdichas de una trama que comenzó siendo el sueño de la creación para convertirse en la pesadilla de todas los condenados por las decisiones equivocadas. Y todo ello en una edición magistral.

SOBRE EL AUTOR

Georges Bess

Nacido en Túnez en 1947, pasa su infancia y adolescencia en París, donde cursa estudios artísticos y tantea campos como la escultura y el cine de animación, además de publicar algunos trabajos en la revista Pilote. En 1970 se traslada a Suecia, donde colabora para diversos tebeos de dicho país, incluyendo la edición sueca de Mad, empleando a veces los seudónimos de Tideli o Nisseman. A partir de 1975 dibuja numerosos episodios de The Phantom (El Hombre Enmascarado) para el mercado escandinavo, tras lo cual regresa en 1987 a Francia. El mismo año crea, con guión de Alejandro Jodorowsky, El Lama Blanco, serie que le fue inspirada por un viaje al Tíbet, y de la que aparecerán seis álbumes, editados por Les Humanoides Asocies, responsable asimismo de la mayor parte de su producción. Con el mismo guionista, para un público más juvenil, lanza Los gemelos mágicos para Le Journal de Mickey. Siempre con Jodorowsky, en 1990 retoma el personaje que este último había creado en los años 60 en México, Aníbal 5, y cuatro años más tarde, ambos autores inician la saga de Juan Solo. que se extenderá a cuatro álbumes. En 1998 Bess elabora su primer álbum realizado en solitario, Escondida, y al año siguiente, con textos de Pierre Louÿs, ilustra el segundo volumen de Aphrodite, historia erótica cuya primera entrega había sido dibujada por Milo Manara. Para la editorial Carabas crea en el 2000 dos álbumes de Leele et Krishna, serie escrita por su esposa Layla ambientada en la antigua India. En 2004 cambia de registro al presentar la novela gráfica Bobi, editada por Casterman, más centrada en el humor que sus anteriores creaciones. Bess reside actualmente en las Islas Baleares.

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