La música disco fue el vehículo expresivo para minorías marginadas a finales de los años setenta. Un estandarte de liberación, pero también un generador de subculturas urbanas y una factoría de canciones y álbumes inapelables. Las grandes discotecas de ciudades como Nueva York, pero también Chicago, San Francisco, Miami, Munich, Madrid, Buenos Aires o Ciudad del Cabo cambiaron el ocio nocturno de toda una generación. El libro «Música Disco. Historia, cultura, artistas y álbumes fundamentales» (Redbook/Ma Non Troppo. 2019), recoge la historia y las claves de un género sin el cual no se entendería la actual primacía del DJ como maestro de ceremonias, ni tampoco la evolución de la música electrónica en las últimas décadas.