En la libertad de ser y soñar lo que te apetezca mientras todavía se nos permita pensar y ser libres, hoy, 14 de febrero, como cualquier otro día del año, es un día más que perfecto para celebrar esa palabra que, creas o no en ella, nos ha tocado a toda y todos una o muchas veces a lo largo de cada una de nuestras vidas. Porque todos hemos nacido de mujeres que, incondicionalmente, nos querrán del primero al último de nuestros días. Y sólo eso ya lo es todo. Sobre todos los demás tipos de amor, cada experiencia, opinión y recuerdo es totalmente personal e intransferible. Porque ser humanos es ser todos diferentes. Y encontrar a ese amigo, amiga o pareja que encajen contigo como la pieza que te faltaba de tu puzzle vital es algo único para cada persona. Aunque la gracia de 72kilos, nombre artístico tras el que se encuentra la filosofía tranquila y dibujada de Óscar Alonso, es que en sus viñetas diarias, recopiladas en varios libros, entre ellos este inspiradísimo El pequeño libro del amor nos invita a pararnos a pensar por un segundo en esos detalles que nuestras vidas diarias eclipsan.

Óscar Alonso logró bajar de 92 kilos a 72 kilos en 2008, momento en que decide quedarse con lo logrado y además dibujar una viñeta diaria desde entonces, publicando libros y llevando sus dibujos desde su multitudinaria cuenta de Instagram (2,4 M seguidores) a todo rincón donde sus frases y simpáticos dibujos encuentran hueco. Y es que libros suyos como Las Cosas Que Importan, El mundo es un regalo o Las Vidas Que Dibujamos coinciden con esa forma de comunicarnos cada vez más habitual en nuestros días donde las nuevas generaciones buscan cada vez más lo breve y lo directo. Aunque Óscar Alonso trasciende completamente la moda fácil. El pequeño libro del amor fue publicado hace ahora ya un año, coincidiendo con esta misma fecha en que os hablo de él. Y te aseguro que, un año después y con seguridad cada año a partir de esta reseña, volver a sus páginas, a su pequeño formato cuadrado de 15,5×15,5 cm. pero, sobre todo, a sus reflexiones, se mantiene y mantendrá tan vigente entonces como hoy o mañana.

Teniendo en cuanta los tiempos que vivimos cuando escribo estas palabras, se hace más necesario que nunca pararse un momento, mirar alrededor y aprovechar que hoy, que ahora, puedes mirar a los ojos de esa persona que está a tu lado, sea tu pareja, tu hijo, tu hija o cualquier miembro de tu familia, y decirle lo que quieras, lo que te pase por la cabeza, lo que sientas… 72kilos tiene frases para cualquier circunstancia que se te pase por la cabeza: desde «cuando tu hijo, tu tía, tu abuela o tu pareja te dan un abrazo en la piscina no es porque tengan frío» a «cuando vengan malos momentos sacaré las cartas que dibujé en los buenos». Cada página en El pequeño libro del amor es tanto un pensamiento en voz alta como una invitación a imitarle en todo lo bueno que nos propone o, simplemente, nos recuerda.

Lo mejor de su forma de expresarse y permanecer es que lo hace con ilustraciones que, como sus palabras, se nos quedan grabadas. Su uso de los colores otorgan aún más vida a cada letra. Las tramas recurrentes, la sencillez de sus personajes, que no necesitan más detalle para convertirse en presencias. El autor no precisa de más para hacernos releerle cada vez que nos asomamos a cualquiera de sus libros en cualquier página. Cualquier punto es bueno para ser incapaces luego de salir y quedarnos hasta el final, volviéndolo a empezar en la mayoría de casos. Por eso hoy es un buen día para buscar este libro, para leerlo, para regalarlo, compartirlo y recomendarlo. Porque ni todo lo más gris de este mundo puede borrar cualquier momento de felicidad verdadero, por breve que fuese, que hayas vivido en algún punto de tu existencia. Y si hoy tienes la suerte de saber que mañana seguirás con esa persona que encaja contigo a tu lado, no pierdas la oportunidad y celébralo. Eso si que no pasa todos los días.

SOBRE EL AUTOR

72KILOS
Detrás de 72kilos está el talento y el tesón de Óscar Alonso, un publicista que se marcó como objetivo bajar de 92 a 72 kilos. Para ayudarse a cumplirlo, combinó el running con otra de sus pasiones, el dibujo, y así empezó a realizar cada día una viñeta que narraba de alguna forma este proceso. Pero Óscar bajó hasta los setenta y dos kilogramos y siguió dibujando, y ya lleva más de una década deleitando a sus fans con sus viñetas, a veces irónicas, a veces reflexivas, pero siempre con una enorme fuerza comunicativa.





