“CORTO MALTÉS. NOCTURNO BERLINÉS”.
Juan Díaz Canales / Rubén Pellejero. NORMA EDITORIAL
Con todo el respeto a la creación y obra original de Hugo Pratt, Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero siguen demostrando en esta nueva entrega de este viajero universal una gran pericia para mantener aquel tono y equilibrio de Pratt entre novela gráfica de aventuras y referencias culturales cargadas de reflexiones profundas tras la apariencia de aquel dibujo sencillo de Pratt. Y de nuevo estos dos veteranos autores hacen que este nuevo titulo rebose referencias en un detallado paseo en viñetas por el Berlín de 1924 en plena República de Weimar, pero también por la mágica ciudad de Praga. Tras la pista del objeto que ha provocado la muerte de un viejo amigo con el que debía encontrarse en Berlín, Jeremiah Steiner, Corto se enfrenta a la Historia entre dos grandes Guerras en un decorado increíblemente dibujado aquí por Rubén Pellejero sobre la vasta información recopilada por el infalible guión de Díaz Canales. De hecho, el nivel de detalle e investigación de Canales es tal, que a esta obra le precede un interesante artículo, a modo de prólogo, del escritor y profesor emérito de La Sorbona y Oxford Jean-Yves Tadié. Estudioso en particular de la vida y obra de Marcel Proust, sus abundantes escritos sobre la novela de aventuras son excusa perfecta para desgranar aquí, ilustrado por numerosos e impresionantes bocetos de Pellejero, gran parte de las referencias usadas por Canales para dar vida a la aventura de Corto: desde las referencias literarias a la realidad del momento histórico al que lanzan al personaje. Un aperitivo de lujo al que acompañan reflexiones tan brillantes como que «los héroes atraviesan la Historia como fantasmas a través de castillos, sin que les hiera, o les mate, o siquiera les toque».
Por si fuera poco y para mayor deleite de los seguidores de Corto, Canales añade a esta aventura berlinesa suficientes elementos para que el relato tenga igualmente elementos de novela policíaca, algo en lo que el autor de Blacksad es un experto sobresaliente. El resultado, aparte de que sea imposible abandonar la lectura una vez iniciada la aventura, es volver a sentir que la simbiosis de los autores con el personaje ha llegado a tal punto que parece que éste hubiese cobrado vida más allá de la tinta y el papel. Estamos ante un guión sin fisuras rodeado de un despliegue visual igualmente único, porque aunque las líneas sencillas homenajean una vez más el sentir gráfico original de Hugo Pratt, el estilo propio de Rubén Pellejero nos ilumina en cada viñeta con su forma de entender los colores. La herencia de uno de los aventureros más universales sigue siendo lectura imprescindible.
Sobre los autores
Juan Díaz Canales (Madrid, 1972)
Es nuestro guionista más internacional. Aficionado desde la infancia a los tebeos y a los dibujos animados, se formó en una escuela de animadores y fue miembro fundador de la compañía Tridente Animation. Sin embargo, la consagración le llegó en el campo de la historieta. Su celebridad está ligada estrechamente a la figura del dibujante granadino Juanjo Guarnido, a quien conoció en el campo de la animación y con quien creó la serie Blacksad, convertida en un éxito instantáneo de crítica y público desde su aparición en 2000. Este título ha merecido los más encendidos elogios y los galardones más distinguidos, incluyendo el premio a la mejor serie en el festival de Angoulême, el premio Eisner a la mejor edición de material internacional, el premio a la mejor obra en el Salón de Barcelona y el Premio Nacional del cómic. Aparte su colaboración con Guarnido, el mercado francés ha acogido otros trabajos de Díaz Canales junto a dibujantes españoles. Con Gabor realizó Los patricios (2009). Con José Luis Munuera creó Fraternity (2011). Y en solitario firmó la novela gráfica Como viaja el agua (2016). Pero su trabajo más popular en los últimos tiempos ha sido la nueva encarnación de Corto Maltés, que desarrolla en compañía del dibujante Rubén Pellejero y de la que se han publicado hasta la fecha los álbumes Bajo el sol de medianoche, Equatoria y El día de Tarowean. Se trata de un trabajo delicado que rinde homenaje a la obra de Hugo Pratt sin renunciar por ello a imprimirle un sello personal.
Rubén Pellejero (Badalona, 1952)
Es un artista de rango internacional. Formado en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, se curte profesionalmente trabajando para una agencia donde alterna la ilustración publicitaria y el dibujo de historietas destinadas al mercado extranjero. En 1981 debuta en el mercado español con la serie Historias de una Barcelona, publicada en la revista Cimoc. Al año siguiente inicia una fructífera colaboración de más de dos décadas con el guionista argentino Jorge Zentner. De su amplia y diversa bibliografía conjunta destacan la serie Dieter Lumpen (1985-1994) y el álbum El silencio de Malka (1994), galardonado en 1997 con el premio Alpha-Art al mejor álbum extranjero publicado en Francia. A comienzos del siglo XXI, Pellejero empieza a colaborar con otros guionistas. Junto a Denis Lapière aborda el drama romántico en Un poco de humo azul (2003). Junto a Frank Giraud ensaya el fresco histórico con En carne viva (2006). Junto a Jean Dufaux se adentra en el western con Lobo de lluvia. Y en compañía de Christophe plantea una road movie en El largo y tortuoso camino (2016). En 2015 afronta uno de los retos más difíciles de su carrera: continuar las aventuras del legendario Corto Maltés junto al guionista Juan Díaz Canales. Con tres álbumes a las espaldas (Bajo el sol de medianoche, Equatoria y El día de Tarowean), han demostrado con creces que el marinero de Hugo Pratt está en las mejores manos.
__________________________________________________________________
“CORTO MALTÉS. OCÉANO NEGRO”.
Martin Quenehen / Bastien Vivès. NORMA EDITORIAL
Como con los buenos cómics carece de importancia su edad para ser recomendados, nunca está de más recuperar para la nefasta y escasa memoria de nuestros días obras como ésta, verdadero tour de force especial en torno al mismo personaje que ya vio la luz e incluso varias ediciones allá por 2021.
El escritor, guionista para televisión y también guionista de cómics Martin Quenehen vuelve a compartir protagonismo creativo junto al hoy más que nunca enfant terrible del cómic francés, el dibujante Bastien Vivès. Juntos firmaron una obra soberbia y sólida como es «Catorce de julio», donde retrataban el trauma de los atentados terroristas en Francia a través de personajes de los que no se olvidan. Y enfrentados a un personaje por encima incluso de su autor original, no defraudan y sorprenden gratamente. Y es que, mientras Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero siguen escribiendo la historia de Corto Maltés en el tiempo en que Pratt le situó, a Quenehen y Vivès se les ha permitido la licencia artística de llevar al personaje más allá de cualquier límite al situarse la acción de este gran cómic nada menos que en 2001.
Con un formato también especial, más pequeño que el habitual de álbum europeo, o al menos no en la edición de Norma, aumenta también el número de páginas casi al doble, tanto como el disfrute de leer una aventura frenética en la que Corto viajará desde Japón a la Córdoba española, pasando antes por Perú. El dibujo de Bastien Vivès, más detallista de lo habitual, fluye tan sutilmente como el relato de Martin Quenehen, demostrando que los valores que representa el personaje de Corto y su entereza moral en toda empresa que afronta están por encima del tiempo. Recurriendo a algún «conocido» habitual de las aventuras clásicas, el desarrollo del resto de personajes secundarios es brillante, con un elenco de fuertes figuras femeninas que le roban protagonismo al propio Corto con sus historias individuales. En el propio cómic hay que destacar la presencia de la mismísima Patrizia Zanotti en las primeras 14 páginas, donde la legendaria colaboradora de Hugo Pratt desde sus 17 años se ha encargado de dar color personalmente a los siempre nítidos dibujos de Vivès. Para quien no sepa quien es Patrizi Zanotti, ésta fue inicialmente la colorista del propio Hugo Pratt, para pasar a hacerse cargo de las exposiciones internacionales de Pratt, entre otras gestiones, hasta que juntos fundaron la editorial italiana Lizard Edizioni para acabar como responsable máxima desde 1995 de la firma CONG, que es la encargada de gestionar los derechos y el legado de la obra de Pratt. No es de extrañar que con semejante lujo en la introducción a «Océano Negro», el resto de las páginas fuesen desarrolladas por Vivès en negro y grises, al más puro estilo de sus conocidas obras propias.
Conclusión: seas aficionado a las aventuras de Corto Maltés o a los cómics de Bastien Vivès, este es un libro que no te arrepentirás de releer y redescubrir una y mil veces.
Sobre los autores
Martin Quenehen
Tras estudiar Historia, impartió clases durante varios años y escribió la novela Jours tranquilles d’un prof de banlieue (Grasset). Como productor de France Culture, dirigió numerosos documentales y presentó varios programas (Sur la route, Une vie une oeuvre, Ping Pong). Sigue escribiendo para la televisión (Sur la trace des faussaires), el podcast (Les Enquêtes du Louvre) y el cómic; junto a Bastien Vivès, ha publicado Catorce de julio y ahora regresa con Corto Maltés. Océano negro.
Bastien Vivès
Estudió Artes Aplicadas en el Instituto de Literatura Francesa de Ginebra, luego tres años en la École supérieure d’arts graphiques Penninghen de París y, por último, en los Gobelins, también en París, donde estudió animación. Se le conoce en la red bajo el nombre de Bastien Chanmax, seudónimo con el que tuvo sus primeros éxitos (sobre todo en el foro Catsuka) con el personaje de Poungi la racaille, cuyas aventuras se publicaron en un álbum en 2006.
Su primer álbum, Elle(s), fue publicado en 2007 por Casterman bajo el recién creado sello KSTЯ. El siguiente, Le Goût du Chlore, fue notado por la crítica y recibió el premio Revelación del festival de Angoulême en enero de 2009 y el premio Töpffer 2008.
Es uno de los autores de Jour du musée (2009), un cómic a cinco manos. En 2010 y 2011, participó en la serie online Les Autres Gens, con guion de Thomas Cadène y que dibujó siete episodios. En 2011, tuvo otro éxito de crítica y público con Polina, que ganó varios premios, entre ellos el Prix des Libraires BD 2011 y el Grand prix de la critique BD 2012.
En 2016, se adaptó en una película, Polina, danser sa vie, del coreógrafo Angelin Preljoca. También en 2011 publicó un cómic erótico, Les Melons de la colère. Trabajó junto a Balak y Michaël Sanlaville en el manga francés Lastman, cuyo universo fue adaptado al anime y a un videojuego. En 2017, publicó la novela gráfica Une sœur, que cuenta la historia de amor entre dos adolescentes. Este álbum volvió a ser aclamado por la crítica. En 2018 publicó tres nuevos cómics eróticos. En 2018, Vivès recibió el Premio Wolinski – Le Point por Le Chemisier.