En las mil y una formas posibles de entender el cómic, caben las mismas enseñanzas aplicadas y posibles a todo arte conocido. Incluso en un país como éste donde, de verdad, todavía hay quien relaciona tebeos con «monigotes para niños», el salto cualitativo producido en las últimas décadas nos deja en realidad unos resultados y un panorama increíble. Ahora mismo lo difícil sería no encontrar los nombres y apellidos de autores y autoras españoles en las editoriales más conocidas o de mayores ventas a nivel internacional. Llevamos mucho tiempo exportando talento, por mucho que las ventas del mercado nacional sigan mirando fuera. Y en la última década han sido muchos los autores y emprendedores que se han lanzado con mayor o menos fortuna al mundo de la edición, en especial de cómics. Como mencionar a solo unos pocos tampoco ayuda a todos, no dejaremos de recomendaros que consultéis AQUÍ el Libro Blanco del Cómic en España, una iniciativa desarrollada por la Sectorial del Cómic en la que os podéis hacer una idea de la situación actual y real del cómic en España.
Pero centrándonos en una de esas nuevas editoriales cuyo protagonismo lo encabeza nuestra recomendación de hoy, dejadnos recordaros la muy loable existencia de Cascaborra Ediciones, creada a finales del 2016 y totalmente enfocada en la edición y distribución de cómics, pero en concreto libros centrados en la historia de España donde, como bien apuntan, «hasta hace poco había un gran vacío de oferta». Volviendo al principio, su intención sigue siendo la de entretener al lector, confiando en autores e ilustradores españoles, y sin olvidar algo tan útil y práctico como el posible uso didáctico de sus libros. Con un nutrido número de títulos en su haber, dividen su interés en dos colecciones: los dedicados a Historia de España en viñetas y las Biografías en viñetas, aparte de admitir títulos fuera de colección donde tienen cabida otros hechos históricos o personajes e historias puntuales. Imaginaos lo constante de su labor que este impresionante tomo titulado La Batalla de Simancas que os traemos hoy es ya el número 63 dentro de la colección Historia de España en viñetas.
Los libros de Cascaborra Ediciones se pueden encontrar en cualquier buena tienda de cómics, además de en bastantes museos a lo largo de la geografía española. Os recomendamos hojearlos si hay algún evento histórico de tu interés. La variedad de autores es ya tan extensa como su cantidad de títulos, pero quizás si buscas alguna etiqueta posible a la hora de saber de qué tipo de cómics hablamos, el mejor adjetivo sería cómic europeo, habitualmente de línea clara con tan buena elección de coloristas como ilustradores. O así es hasta llegar a este espectacular La Batalla de Simancas, claro…
El trabajo y carrera recorridos por la mayoría de autores a los que Cascaborra ha publicado son importantes y demuestran la mayor cualidad de la mayoría de artistas de cómic patrios: trabajo, esfuerzo y más trabajo. Ninguna de esas virtudes falta en el curriculum de Raúlo Cáceres o Rafael Jiménez. Y tan admirable como impresionante en el resultado, La Batalla de Simancas es la suma del afán inquebrantable por un lado de un guionista cuyo máximo afán ha sido siempre animar a la lectura y al cómic, hasta el punto de crear la Asociación Carmona en Viñetas, asociación dedicada a la difusión de este medio como elemento cultural. Por el otro lado encontramos al que personalmente considero uno de nuestros mejores ilustradores y creadores de cómic actuales: Raúlo Cáceres, curtido en dibujar absolutamente de todo con un estilo completamente único y un verdadero especialista del dibujo en blanco y negro como todos aquellos genios surgidos en la década de los 70 del siglo pasado en Estados Unidos. Siendo de verdad su forma de dibujar diferente, sólo tienes que alucinar con sus páginas, en este La Batalla de Simancas es comparable a los mejores y más épicos momentos de Barry Smith, John Buscema, Ernie Chan y todos aquellos que llenaron páginas y números de tebeos dedicados a Conan, especialmente populares durante toda la década de los 80.
Después de leer La Batalla de Simancas me viene a la mente también un fenómeno como el cómic 300 de Frank Miller, inspirado en un hecho histórico. No sé a vosotros, pero a mi después de leer obras como esa o este libro de Rafael Jiménez y Raúlo Cáceres, me entró la curiosidad que seguramente no sentí cuando en su día estudié, seguro de pasada, esta batalla como una más en cualquier clase de Historia. Conmigo y, me gustaría pensar que con todo el que se acerque a este cómic, los autores han logrado del todo su objetivo didáctico, haciéndome buscar tras la lectura toda la información posible sobre este evento (siempre en fuentes fiables y oficiales a ser posible lejos de wikipedias). Porque lo que obras como ésta nos recuerdan es, una vez más, la cantidad de historias increíbles que se esconden disimuladas en los libros de Historia, escritos siempre por personajes reales.
La Batalla de Simancas cuenta y recrea el impresionante enfrentamiento que tuvo lugar en el verano del año 939 a las afueras de dicha ciudad, cuando la península ibérica estaba casi completamente dominada por los musulmanes, a excepción de unos pocos reinos cristianos que, divididos, hacían impensable pensar en otra forma de entender el mundo. Sin embargo, como ya hiciera el rey Pelayo bastante más al norte, llegó un monarca osado que aprovechó la traición de uno de los mandatarios del casi todopoderoso califa Abderraman III para hacerse con Saraqusta (la actual Zaragoza) y seguir desde allí al sur reconquistando diversas plazas para el mundo cristiano. Se trataba del rey de León, Ramiro II.
Ante una premisa tan prometedora, aplaudo la sangre fría y el excelente hacer de Rafael Jiménez en su labor de contención y narración, de tal forma que el hecho histórico real, documentado de modo excelente, nos va a portando datos y acontecimientos con un ritmo y tensión crecientes que nos atrapa en la lectura como el mejor relato de aventuras y acción posibles. A sabiendas de que la batalla es el punto inevitable al que llegaremos, el guión retrasa todo lo posible ese crucial momento apoteósico presentándonos con calma a todos los protagonistas y personajes que intervinieron en aquel suceso histórico: desde los generales de ambos bandos a sus lacayos, sirvientes y, por ejemplo, escribas, encargados en ambos bandos de dejar fiel testimonio escrito de lo que había de acontecer.
Igual de sobresaliente es la labor gráfica de Raúlo Cáceres, construyendo preciosas páginas donde las viñetas se entremezclan tanto con las intrincadas formas geométricas del arte árabe en las secuencias ambientadas en la legendaria e insuperable Córdoba, como con letras capitales y páginas que recrean códices medievales cuando se trata de la narración del lado cristiano. Entremedias, el portentoso dibujante nos ilumina con detalles curiosos como el trono de Abderramán, adornado con estatuas de leones como los que se conservan en la fuente de uno de los patios de la Alhambra de Granada; de igual modo que las fortalezas que aparecen a lo largo del cómic son la viva imagen de muchos castillos y murallas conservadas en nuestros días y reconocibles como las de Ávila, por poner solo un ejemplo.
La Batalla de Simancas fue un acontecimiento que recorrió y sacudió al mundo de aquella época. En su remontada desde la ciudad de Córdoba al frente de sus tropas en cruel Guerra Santa pretendiendo exterminar del todo a los cristianos que osaban plantarle cara, los escritos hablan de un ejército reunido formado por más de cien mil soldados, con guerreros llegados de todos los confines del mundo árabe de la época. Del otro lado, Ramiro II consiguió lo que nadie había logrado hasta ese momento: junto a él lucharon Fernán González y los condes de Castilla, pero también tropas y reyes de Navarra y Aragón quisieron unir sus fuerzas al desafío del monarca leonés. Porque si Abderramán acababa con aquel atisbo de rebeldía, el norte quedaría definitivamente perdido.
Y por fin llegó el día, precedido por un eclipse solar completo que hizo flaquear las fuerzas en ambos bandos y del que los escritos también dan testimonio. Las intrigas entre las tropas musulmanas posiblemente ayudaron a los cristianos tanto como su propia fe y desde luego su planificación táctica y la elección del terreno, arropados por las murallas de Simancas y protegidos por un río previo a éstas que no permitía un ataque completamente frontal. A partir de aquí el guion de Rafael Jiménez sigue explicando, con pinceladas maestras en los momentos justos lo que, visualmente se convierte en uno de los mayores espectáculos gráficos que he tenido la suerte de leer jamás. Sin exagerar. Sólo mira por ti mismo, de verdad, en lo escaso que de por si da una pantalla, las ilustraciones de Raúlo Cáceres, e imagina ahora que muchas de ellas son dobles páginas de un cómic en un tamaño muy respetable.
Soy aficionado y admirador del arte de Raúlo Cáceres pero, sinceramente, y por mucho que otros afortunados lectores de La Batalla de Simancas ya lo habían comentado en redes, no imaginaba asistir a algo de tales dimensiones. Podría seguir hablando del brutal trabajo al detalle realizado en la mayoría de las páginas de este libro pero, llegados a este punto y, recordando también de nuevo la pulcritud y exactitud histórica de un guión perfecto a la medida de semejantes dibujos, de verdad, lo mejor que puedo deciros es que busquéis este cómic y comprendáis en persona, contemplando apenas tres o cuatro páginas, que si eres aficionado de la Historia en viñetas y disfrutas con la fantasía heroica medieval, éste es tu cómic ideal.
Aunque sabe a poco después de las sublimes páginas saboreadas visualmente, el libro incluye un pequeño dossier con contenido extra con reproducciones de los estudios a lápiz para alguna de las páginas dobles o la propia portada.
SOBRE LOS AUTORES
RAÚLO CÁCERES
Raúlo Cáceres (Córdoba, 1976). Licenciado en Bellas Artes y dibujante de comics profesional. Entre 1998 y 2007 trabajó para distintas editoriales españolas realizando principalmente cómic pornográfico e ilustraciones para juegos de rol. De esta primera etapa son sus series Elizabeth Bathory, Cuentos mórbidos, Justine y Juliette y Aguas Calientes, que han tenido varias reediciones, en España, USA, Francia, Alemania y República Checa, con editoriales como Megamultimedia, Dólmen, Berenice, EDT, Eroscomix-Fantagraphics, Tabou Editions, Insekten Haus o Argo. De 2007 a 2018 trabajó para la editorial americana AVATAR PRESS, con guionistas tan conocidos como Max Brooks, Warren Ellis, David Lapham o Garth Ennis, tocando géneros como el terror, histórico, zombie o teslapunk. Algunos de sus trabajos en USA son Crécy, Crossed: Psychopath, Captain Swing and the electrical pirates of Cindery Island, The extinction parade o Code Pru (serie incluida en Alan Moore’s Cinema Purgatorio). Como portadista ha colaborado en múltiples comicbooks, destacando sus portadas alternativas para la serie Providence de Alan Moore. En 2019 ilustró Galería de engendros, un homenaje a los álbumes de cromos monster, escrito por Tito Alberto y publicado por el sello Evolution Comics de Panini. Desde ese año, Fuzz T-Shirts, Exhumed Movies, Miskatonik Videos y Crash Comics se unen para editar las colecciones de láminas Horror artwork y Malvados, tributo a las grandes figuras del cine de terror, y la antología Insania Tenebris, relatos ilustrados inspirados en la obra de Lovecraft, que ha tenido ediciones posteriores en Suiza y Taiwán. Con estos sellos también publicó dos art books: Encantos y Doradas, que han tenido edición francesa con Tabou. En 2021 dibujó Arn, el navegante, escrito por Házael González, publicado por Dolmen en España y por Dantes en Alemania. En 2022 Diábolo Ediciones publicó Colección de abominaciones, un segundo álbum de cromos monster escrito por Tito Alberto. Y en 2023 Isla de Nabumbu publica el portafolios erótico Pasión y acero, inspirado en la obra de Robert E. Howard.
RAFAEL JIMÉNEZ SÁNCHEZ
Según le definen en una de las editoriales para las que ha trabajado elaborando guiones, creció bajo la influencia de Alan Moore, Chris Claremont, Frank Miller, Roger Stern o John Byrne. Poseedor de dos manos izquierdas e incapacitado para el dibujo optó por escribir. Desde joven fue plasmando sus historias con la ayuda de los dibujantes que encontraba entre sus compañeros. De esta forma publicaba sus cómics en toda revista o periódico que había en su pueblo. Después de un periodo en que sus estudios en psicología y las oposiciones hicieron que guardarse sus historias comenzó a trabajar en la biblioteca municipal de Carmona como animador a la lectura. Inicia de nuevo su relación con el cómic creando la Asociación Carmona en Viñetas, asociación dedicada a la difusión del comic como elemento cultural y organizadora de jornadas de encuentros con autores como Autores en Viñetas. Ha trabajado, entre otras, ejerciendo como guionista, para Serendipia Editorial, cARTEm CÓMICS y la editorial Cascaborra.
