Con nueva novela gráfica estrenada hace muy poco, colaboraciones internacionales y una agenda siempre completa que incluye presentaciones o su presencia en salones de cómic por toda nuestra geografía, Paco Roca es un autor que a estas alturas no necesita presentaciones, porque su conocida obra e interminable lista de merecidos premios nacionales e internacionales hablan por si solos. Quizás precisamente por este mismo detalle, lo que sí resulta interesante, como en cualquier autor al que descubrimos a mitad de su carrera profesional, es descubrir sus orígenes. El éxito de su obra Arrugas fue en 2007, pero Paco Roca llevaba desde la década de los 90 del siglo pasado realizando portadas, diseños y alguna historia corta para numerosas revistas. De hecho, en una de las exposiciones retrospectivas con más material suyo que tuve la suerte de ver, en Avilés, él mismo bromeaba con el hecho de la cantidad de dibujos eróticos que realizó para publicaciones como El Víbora o Kiss Cómix en sus inicios para abrirse camino.
Precisamente en aquella época tuvo la idea para el que sería su primer álbum, El juego lúgubre: “Cuando volvía de Barcelona de entregar una portada para el Kiss Cómix, el tren en el que viajaba se detuvo por culpa de una tormenta eléctrica. Esperamos allí varias horas hasta que un autobús nos recogió. Me puse a pensar en historias de miedo, en Drácula y el juego que Bram Stoker había hecho a partir del personaje real de Blad el empalador. Me preguntaba si se podría hacer algo así con otro personaje. Quería buscar un personaje real del mundo del arte. Encontré a un artista, excéntrico, que vivía en una casa junto al cementerio en un pueblo de difícil acceso y que además, como el mismo decía, necesitaba de su tierra natal para vivir y crear”. Editado originalmente en 2001 por La Cúpula, este libro se editó apenas un año después en Francia, Holanda e Italia. Como tantos otros autores españoles antes que él y con la confianza de su trazo, cada vez más personal y bien recibido, la idea de editar fuera de España le quedó clara a Paco Roca como él mismo cuenta: “después de publicar El juego lúgubre en Francia me di cuenta de que había un importante mercado fuera de España”. Y en ese momento nació Hijos de la Alhambra, con las ideas muy claras en palabras del autor: “este álbum estaba pensado para el mercado francés. El protagonista es un pintor francés del romanticismo que, en una época en la que no existía la fotografía, debía viajar por oriente para captar aquellas exóticas imágenes. La primera entrega de esta serie era la antesala de oriente, la Alhambra de Granada”.
Como sigue sucediendo con alguno de nuestros artistas con más éxito fuera y dentro de nuestras fronteras, Hijos de la Alhambra se editó en 2003 en Francia y Holanda gracias a las mismas editoriales que habían editado su primer álbum: Erko y Prestige, respectivamente. A España no llegaría hasta 2007 y cuando lo hizo fue de la mano de Planeta de Agostini, quienes mantuvieron el título e incluso lo reeditaron en tapa dura y formato diferente en 2012, cuando el éxito de Paco Roca le convirtió en una apuesta segura de ventas en un mercado tan voluble como el español. Una década después, en octubre de 2022, habiéndose agotado el libro con su autor más al alza que nunca, Cartem Cómics tomó el relevo de la anterior editorial haciendo las cosas bien desde el principio en una reedición de Hijos de la Alhambra más que notable. Editores de libros de arte, ediciones facsímiles de códices medievales, de cartografía histórica y de libros de grabados, Cartem Cómics han hecho posible que disfrutemos de joyas como El arte fantástico de Frazzeta o Cuentos del Norte y un cada vez más importante catálogo de cómics, en especial cómics franco belgas de carácter histórico, en la línea de la más pura BD europea.
Lo que hace de Hijos de la Alhambra de nuevo noticia en este recién estrenado año es que el éxito del libro reeditado por Cartem ha propiciado una nueva edición. En cualquier caso, incluido el libro en la colección de Clásicos de la editorial, recordar su existencia para todo completista que descubra ahora a Paco Roca nunca está de más. En esta sección nunca nos cansaremos de repetir cómo las buenas historias prevalecen por encima del tiempo… como las leyendas de la Alhambra. Y aquí es donde volvemos a los viajes de Alexandre Ícaro, el protagonista de este cómic cuidadosamente editado, para disfrutar de la línea clara de un autor que trató de crear a un más que interesante nuevo héroe. Ejemplo perfecto del romanticismo español, donde numerosos artistas recorrían la península a la búsqueda de materiales exóticos con los que inspirar sus obras, Alexandre viaja a la Alhambra llamado por la presencia de sus leyendas pero también por la realidad de autores como Washington Irving, que obviamente encontraron de verdad la inspiración entre aquellos muros.
Como se recuerda en el prólogo a la obra, fue precisamente el escritor Wahington Irving el que acuñó el término “Hijos de la Alhambra” para denominar a los vagabundos y bohemios que habitaban la antigua fortaleza y palacio musulmanes. Y es que hacía siglos del esplendor pasado de los Palacios Nazaríes derribados, como las mezquitas, para sustituirlo por el sobrio Palacio de Carlos V y las ruinas y edificios abandonados que le rodeaban. Es en este escenario donde Alexandre asiste, protegido por Íñigo Badía, oficial al mando de la Real Fortaleza de la Alhambra, a una serie de extrañas muertes a las que nadie es capaz de encontrar explicación. Mientras se dedica a recorrer y dibujar el que fue en otro tiempo escenario de imágenes y sueños como los de las Mil y una Noches, Alexandre, acompañado también por la fortaleza de un personaje femenino como Isabel, su improvisada guía para llegar a Granada y descubrirle la ciudad, ahonda en las leyendas de un lugar tan especial con la esperanza en todo momento de descubrir el palacio secreto de Ibrahim Ayub que según Irving y el personaje de Alexandre se ocultaba bajo la Alhambra.
Hijos de la Alhambra es un excelente y más que entretenido cómic de aventuras que se lee y disfruta del tirón. Lectura ideal para el mercado franco belga, Paco Roca ideó una amable aunque oscura trama, basada en momentos históricos encajados a la perfección en un guión redondo de dibujo nítido, en el que se adivinan las posteriores genialidades gráficas del autor y se agradece en especial su detallado retrato de los paisajes que sirven de fondo a la historia. Como broche de oro, esta edición incluye además un cuidado dossier titulado “Historia de la Alhambra” donde apreciaremos y aprenderemos sobre la fortaleza de la Alhambra y los saqueos y profanaciones que en ella se produjeron tras la reconquista por parte de los Reyes Católicos. Igualmente detalles sobre los moriscos, la guerra de las Alpujarras o el suceso histórico conocido como Los plomos del Sacromonte, en el que este álbum pudo basarse, hacen de esta edición en tapa dura todo un descubrimiento de libro completamente recomendable.
Como curiosidad final, tal cual lo cuenta el propio Paco Roca, lo que pudo haber sido una cuidada y exitosa serie en el mercado franco belga, se quedó en este único libro de Alexandre Ícaro. La serie no pasó de su primer número. Una verdadera lástima dado que Paco Roca llegó a iniciar los bocetos del que hubiese sido el segundo tomo, en un escenario mucho más exótico y propicio a la aventura como Egipto, de hecho. A continuación te mostramos algunas de las planchas que Paco Roca ofrece en su propia página web, para que os hagáis una idea de lo que podría haber sido. Menos mal que podemos disfrutar al menos de Hijos de la Alhambra. No desaproveches la oportunidad si vuelves a estar cerca del libro en tu tienda de cómics favorita.
SOBRE EL AUTOR
PACO ROCA
Paco Roca (Valencia, 1969) estudió en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Valencia. Aunque su trabajo se centra en los cómics, compagina su tiempo con la ilustración y las charlas y talleres. En el terreno de los cómics, su obra se ha traducido a una docena de países.
Entre su bibliografía destaca El juego lúgubre (2001); El Faro (2004) Premio Diario de avisos al mejor guion realista; Arrugas (2007), Premio Nacional de Cómic 2008, Premio del Salón del Cómic de Barcelona, Premio Dolmen de la crítica, Premio Madrid Expocómic, Gran Premio Romics de Roma, Premio Gran Guinigi de Lucca, Excellence Award del Japan Media Art Festival, nominado a los premios Eisner; Las calles de arena (2008); El invierno del dibujante (2010), que obtuvo el Premio del Saló del Cómic de Barcelona, el Premio Madrid Expocómic y el Premio Treviso Comic Book Festival); la trilogía Un hombre en pijama, (Memorias de un hombre en pijama (2011), Andanzas de un hombre en pijama (2014) y Confesiones de un hombre en pijama (2017), recopilación de las páginas aparecidas en el periódico Las Provincias y El País Semanal; Los surcos del azar (2013), que obtuvo el Premio del Salón del Cómic de Barcelona, el Premio Zona Cómic, el Premio de la crítica, el Premio del Salón del cómic de Zaragoza, el Premio Mandarache de Cartagena, Finalista al Premio Libro del Año, el Gran Premio Romics; La casa (2015), que obtuvo el Premio Zona Cómic, el Gran Premio Romics, el Premio Comic Con Portugal, el Estrella al cómic más destacado por el periódico de la capital francesa Le Parisien; La encrucijada (2017), colaboración con el músico José Manuel Casañ (Seguridad Social), El tesoro del Cisne Negro (2018) con guion de Guillermo Corral, que obtuvo el Premio Splash Sagunt y el Premio Heroes Comic de Madrid; El Dibuixat (2019) creado para las paredes del Instituto Valenciano de Arte Moderno, IVAM y editado en 2021; Regreso al edén (2020) premio de ACDCómic (Asociación de críticos y divulgadores de cómic de España) a la mejor obra nacional de 2020, premio al Cómic del año El Corte Inglés, Mejor obra de autoría internacional en el Salón Internacional del Cómic de Zaragoza.
En 2019 recibió el Inkpot Award en la Comic Con de San Diego. También el mismo año el premio Gráffica de Valencia. En 2020 La casa, editada en Estados Unidos por Fantagraphics en castellano e inglés, ganó el premio Eisner en la categoría de “mejor edición de material internacional“. En 2021 El invierno del dibujante fue nominada al premio Eisner a Mejor edición norteamericana de material internacional y al premio Harvey a Mejor Obra Internacional.
Algunos de sus cómics han sido llevados al ámbito audiovisual como es el caso de Arrugas (Ignacio Ferreras, 2011) que obtuvo el Goya a la mejor película de animación y al mejor guion adaptado; Memorias de un hombre en pijama o El tesoro del Cisne Negro, serie de televisión dirigida por Alejandro Amenabar. En el ámbito de la ilustración, ha realizado carteles, portadas de libros, murales y campañas sociales, para todo tipo de eventos, publicaciones o clientes, en especial organizaciones no gubernamentales como Oxfam Intermón, Greenpeace, Amnistía Internacional, Cruz Roja, Farmamundi y en 2021 realizó junto a Martín Forés el mural que homenajea el histórico barrio de Natzaret de la ciudad de Valencia.
