Desde luego es un reclamo acertado de la editorial Sapristi, tanto que incluso nosotros consideramos oportuno aprovechar que «La maldición de la sal» obtuvo un premio de tanto prestigio a nivel mundial como el Eisner a Mejor Novela Gráfica Infantil. Sin embargo esta novela gráfica va mucho más allá. Y es la respuesta perfecta a lo que necesitan las nuevas generaciones que nos rodean para interesarse tanto por la lectura en general como por el cómic en particular. «La maldición de la sal» es el ejemplo perfecto de las nuevas novelas gráficas juveniles, capaces de interesar a ese difícil público al que van pensadas, de atención tan volátil, pero que además pueden ser leídas y disfrutadas por un público adulto. Una buena historia bien contada y tan soberbiamente dibujada como ésta pasa por encima de la edad y del tiempo.
«La maldición de la sal» nos une desde la primera página a Vonceil, la pequeña protagonista de este gran relato. Emocionada, asiste al reencuentro en la estación de tren de Gypsum con su hermano mayor Elber, quien ha logrado sobrevivir a ese crudo conflicto que cambió las vidas de tantas personas: la Primera Guerra Mundial. Por razones obvias, el hermano mayor siempre atento y dispuesto a pasar tiempo con la hermana pequeña en una familia de cuatro hermanas y un único hermano, ha cambiado a su llegada de un modo que a Vonceil le cuesta entender. De hecho, apenas pisa su ciudad natal en el discreto estado de Oklahoma, lo primero que hace es prometerse con su novia de toda la vida. Viviendo la familia de los protagonistas en una granja a las afueras del ya apartado y pequeño pueblo, parece difícil encontrar motivos para preocuparse de nada salvo de la rutina, algo que definitivamente consume a Vonceil.
Hope Larson y Rebecca Mock nos introducen así, poco a poco, en un recorrido por el lado más rural y tranquilo del centro de Estados Unidos, dibujándonos un paisaje repleto de buenos personajes secundarios y costumbrismo que nos recuerdan los inicios de obras maestras como Tom Sawyer. Pero está claro que algo va a suceder. Y apenas en el tercer capítulo llega a la historia la misteriosa mujer vestida de blanco que coincide a la perfección con el tipo de persona que Vonceil quería que su hermano hubiese conocido en Francia. El problema es que esa es la parte real, y su visita a la granja familiar es una búsqueda directa de Elber, ya casado, quien rechaza de pleno querer cualquier cosa con la mujer de blanco. Y entonces empiezan las grandes sorpresas, porque la mujer lanza una maldición sobre el pozo de la familia, el único que resiste con agua en un momento de sequía generalizada en toda la zona, convirtiendo el manantial al completo en un pozo de agua salada.
A partir de ese momento asistimos a un viaje único que os invitamos a descubrir, sin desvelar todas las sorpresas e increíbles momentos que las autoras han tejido en forma de impresionantes viñetas a página completa retratando los grandes espacios abiertos norteamericanos, pero presentándonos también a personajes que, ayudados por el preciosista y a la vez colorido dibujo de Rebecca Mock, son capaces de recordarnos a los mejores momentos de cualquier película de Hayao Miyazaki y su estudio Ghibli. Es, cuanto menos curioso, retomando la idea que os recordábamos antes, como las mejores historias pasan por encima de edad, género y tiempo cuando la base es la vida misma. Hope Larson explicaba en una entrevista acerca de cómo surgió «La maldición de la sal» que «el esquema de esta historia surgió muy rápido: ¡en una noche! Por regla general, suelo trabajar en estas cosas durante semanas. Pero estaba pasando por un momento difícil cuando tenía treinta y tantos años. Al tratar de descubrir cómo quería que fuera el resto de mi vida, me encontré en esta encrucijada con mi carrera y mi vida personal. No estaba segura de qué tipo de mujer quería ser ni de dónde me veía dentro de cinco años. Y eso se tradujo muy bien en un libro en el que el personaje principal preadolescente, Vonceil, también está tratando de descubrir qué tipo de persona quiere ser de adulta. Le molestan los roles que le ofrece la sociedad de aquella época, 1919″.
El resultado es un libro magnífico, donde resulta imparable además la juventud y dotes digitales de la ilustradora Rebecca Mock, artista plena de este siglo XXI donde dibujar en digital es no sólo la base de los dibujantes, sino el medio natural en el que se mueve ese público joven al que esta obra va dirigido principalmente. Y sinceramente, estoy seguro de que todos los adultos que le han otorgado a «La maldición de la sal» esa ya enorme lista de Premios además del Eisner (Premio Booklist, Premio ALSC, Libro del Año en Mighty Girl Best y también Palmarés en el Festival Internacional de Comic de Angoulême), tuvieron muy claro que en realidad estaban ante una espléndida novela gráfica para todas las edades, con tan buenos mensajes y arte tan cautivador que tú tampoco deberías resistirte a descubrir este sorprendente cuento moderno.
SOBRE LAS AUTORAS
Hope Larson ha escrito numerosas novelas gráficas, incluida All Summer Long, elegida mejor libro del año en Kirkus en 2018 y nominada a un premio Eisner, así como su secuela, de reciente publicación, All Together Now. Adaptó e ilustró Una arruga en el tiempo: la novela gráfica, que pasó nada menos que cuarenta y cuatro semanas en la lista de cómics más vendidos de The New York Times y que le granjeó un premio Eisner. Además, es autora e ilustradora de Salamander Dream, Grey Horses, Chiggers y Mercury y también de Compass South (otro superventas de The New York Times) y de su segunda parte, Knife’s Edge, ambos ilustrados por Rebecca Mock.
Rebecca Mock es ilustradora, animadora, educadora, escritora y entusiasta de los mundos fantásticos. Su trabajo va desde diseños en páginas web a portadas de libros, revistas, publicidad, videojuegos e incluso televisión. Ilustró las novelas gráficas Compass South y Knife’s Edge, ambas escritas por Hope Larson. Su obra ha aparecido también en varias publicaciones de peso, incluytendo The New York Times y The New Yorker. Coorganiza la antología Hana Doki Kira.