Temáticamente no tienen nada que ver, pero igual que Los buenos veranos de Zidrou y Lafebre es un cómic que recomiendo honestamente releer cada año por estas fechas, No sueltes mi mano pasa de inmediato a esa lista de recomendaciones inexcusables en estas fechas estivales en que los días lentos sumido en la suerte de pasar calor de vacaciones o huir de él en tu oficina si te toca trabajar, son ideales para leer buenas historias en las horas estiradas al ritmo de la luz. Norma Editorial ha incluido en la edición que te espera en tiendas de tebeos una pegatina para que no tengas ninguna duda de que éste es un caballo ganador antes de que empiece la carrera: “Por los autores de Nenúfares Negros“. Y así es, Duval, Bussi y Cassegrain firmaron previamente ese cómic que, como éste, es una fiel adaptación de una novela del escritor Michel Bussi. Nenúfares Negros se convirtió en la novela negra francesa más vendida de 2011 y su adaptación en viñetas compartió inevitable parte de ese éxito porque Bussi, como vuelve a hacer en esta nueva No sueltes mi mano, es un escritor realmente admirable por su originalidad pero, sobe todo, por su incomparable dominio innato para mantenernos en suspense desde la primera a la última página de lo que es capaz de idear.
En No sueltes mi mano, el matrimonio formado por Martial y Liane Bellion viaja con su hija Sofa a la paradisiaca isla de La Reunión. Como os decía, una historia en la que, en estas fechas, a más de uno le resultará especialmente fácil dejarse llevar. Sin embargo, lo que se prometen las idílicas vacaciones soñadas se convertirán inexplicablemente en una pesadilla policial cuando Liane desaparezca y todas las sospechas recaigan sobre su marido. A partir de ese momento, la intrépida capitana Aja y su peculiar ayudante Christos, rodeados de infinidad de memorables personajes secundarios más, se embarcan a resolver un caso donde, según pasas las páginas, te das cuenta de que nada de lo que has visto o leído es en realidad lo que parece. Consumado maestro de ajedrez con personajes y situaciones, Michel Bussi es capaz de tejer una trama que nos impide soltar el libro una vez “iniciamos” nosotros también el caso.
La consistencia y efectividad de No sueltes mi mano de principio a fin se debe en parte a la colaboración real de los tres nombres que, por méritos propios, figuran juntos como autores. A la enorme experiencia de Frédéric Duval como guionista, se une el hecho de que Michel Bussi realmente colaboró en esta adaptación. En una entrevista en el digital francés La Mouette Hurlante, Duval recuerda cómo “con Michel intercambiamos ideas, construimos los episodios juntos. Es coescritura de verdad. Aprendo muchísimo de él, por ejemplo en la forma de contar una historia, el nervio que tiene para dar vida a una escena, que no es necesariamente mi técnica. Hay un verdadero intercambio entre ambas partes. Eso es lo interesante. Es un verdadero placer hacerlo, porque Michel tiene muchas ideas, es muy dinámico y muy receptivo. Entendió muy rápidamente lo que es un cómic y el ritmo completamente diferente de una novela”.
Por su parte, Bussi comentaba para las páginas del diario Le Figaro que “después de Nenúfares negros, tuve inmediatamente la intuición de que No sueltes mi mano debía ser adaptada. Porque es en esta novela donde la trama se desarrolla en paisajes grandiosos. Es muy diferente de Nenúfares, que tratamos de forma intimista. Esta tiene algo de road-movie en plena naturaleza. La trama es más lineal, avanzamos rápido. Hay giros regulares. Se lee de un tirón, como una escapada. Sin olvidar la atmósfera de la isla Reunión y el impacto gráfico de las plantas tropicales. Esa es la belleza del cómic respecto a la novela: una viñeta puede resumir dos páginas, y es igual de poderoso”.
La historia de Michel Bussi no es fortuita. Abiertamente declara que “en realidad comencé escribiendo guiones de cómics antes de dedicarme a las novelas. Creo que parte de mi escritura, que a veces se dice que es cinematográfica, tiene más que ver con el cómic que con el cine. Escribo sin darme cuenta, utilizando mucho el arte de la elipse. Mis capítulos se parecen en cierto modo a las viñetas. Me divierto con el contraplano. Al dividir mis párrafos, me doy cuenta de que me inspiro mucho en los cómics para contar mis historias. Y también en cuanto a ritmo y narración…” Sobre su nueva colaboración con Duval y Cassegrain, Bussi afirma que “para mí, se trata de un enfoque que va más allá de la simple adaptación de un best-seller a un cómic. Con mis dos cómplices Fred Duval y Didier Cassegrain, me doy cuenta de que estamos realizando un verdadero trabajo artístico, toda una reflexión que nos llevará de un medio literario a otro. Con el guionista Fred Duval hablamos el mismo idioma. Aunque él hace el 90% del trabajo de adaptación, discutimos juntos regularmente para mejorar el impacto de las secuencias. Intentamos darles la máxima intensidad y emoción. A veces hablamos de una viñeta, de una mirada”.
El toque definitivo lo otorga el elegante dibujo de Didier Cassegrain. Dibujante de cómic desde hace suficientes años, Cassegrain no puede negar sus orígenes en el mundo de la animación porque, como le pasa a otros artistas que llegaron a las viñetas después de haber contado historias en movimiento, éste último es algo completamente natural en su trazo, ofreciéndonos un dinamismo que, en el caso de esta nueva historia policiaca, nos hace avanzar al mismo ritmo vertiginoso al que se suceden todos los inesperados acontecimientos que, de partida, nos ofrece Michel Bussi. Dotado especialmente para dibujar mujeres voluptuosas, en No sueltes mi mano se permite incluso referencias inequívocas a mitos del erotismo, por mucho que todos los personajes femeninos de esta obra, de principio a fin, destilan fortaleza y carisma a raudales. Igualmente su trazo, certero en el dibujo de paisajes impresionantes, es capaz de casi trasladarnos a la naturaleza inquebrantable de la isla de La Reunión. En conjunto, pocas veces nos encontramos casos (policiacos o no), donde tres autores tan bien avenidos sean capaces de regalarnos un impresionante thriller de esos que pensabas que ya no tendrías la oportunidad de leer.
SOBRE LOS AUTORES
MICHEL BUSSI
(Louviers, 1965) es profesor en la Universidad de Rouen. Tras sus primeras obras, Code Lupin y Mourir sur Seine, el éxito le llegó con Nenúfares negros, que se convirtió en la novela negra francesa más vendida de 2011, y obtuvo los premios Prix du Polar Méditerranéen, Prix Polar Michel Lebrun de la 25 Heure du Livre du Mans, Prix des Lecteurs du Festival Polar de Cognac, Grand Prix Gustave Flaubert y el Prix Goutte de Sang d’Encre de Vienne. Un avión sin ella, su segunda novela, fue galardonada con el Prix de la Presse 2012. A esta le han seguido Ne lâche pas ma main, N’oublier jamais, Gravé dans le sable, Maman a tort, Le temps est assassin o La Dernière Licorne —publicada bajo el seudónimo de Tobby Rolland—, On la trouvait plutôt jolie y J’ai dû rêver trop fort, entre otros títulos. Tras el gran éxito de Nenúfares negros, su última obra adaptada a viñetas, repitiendo trío con Bussi y Duval, es No sueltes mi mano.
FRÉDÉRIC DUVAL
(Rouen, 1965) se dio a conocer en 1995 con su primer álbum, 500 fusils. Ese mismo año cosecha su primer gran éxito con Code Mc Callum, seguido de Travis y Hauteville House. En 2008 firma con Philippe Ogaki la serie de ciencia-ficción Meteors, y junto con el dibujante Zanzim adapta al cómic el Tartufo de Molière. En 2010, se une al equipo de Casse con La Grande Escroquerie y crea Nico, con Philippe Berthet. También lanza junto a Jean-Pierre Pécau la aventura Jour D, una serie conceptual dirigida por Fred Blanchard que revisa los grandes momentos de la historia. En 2012 publica L’homme de l’année 1917, y en 2014 Wonderball, un ambicioso thriller escrito con Pecau y dibujado por Colin Wilson. En 2016, Delcourt lanzará dos nuevas series: Mousquetaire y Nom de code: Martin, y verá la luz XIII Mystery, bajo dirección de Jean Van Hamme y dibujado por Corentin Rouge. Tras la serie creada con Emem y Fred Blanchard, Renaissance, se alía con Didier Cassegrain para adaptar Nenúfares negros de Michel Bussi. Con este trío ha repetido en No sueltes mi mano.
DIDIER CASSEGRAIN
Nació en 1966 en Châteaudun, en la Eure-et-Loir, y actualmente vive en Aviñón. Estudió en una escuela técnica de dibujo y continuó su formación durante dos años en Les Gobelins, la escuela de dibujos animados adscrita a la Cámara de Comercio de París, para ser empleado en series de televisión en France Animation. Continuó su carrera en los Estudios Disney en Montreuil durante un año antes de unirse a la compañía Story durante dos años. Allí conoció a Fred Blanchard y a Olivier Vatine, que le animaron a hacer cómics. De este encuentro nació Tao Bang, un álbum en el que muestra una originalidad y una evidente calidad gráfica. En 2006 comenzó las aventuras de Code Mc Callum con Fred Duval, publicadas por Editions Delcourt. Ha trabajado en la serie Conan le Cimmérien y Piège sur Zarkass, entre otras, antes de adaptar Nenúfares negros. Su última obra, repitiendo trío con Bussi y Duval, es No sueltes mi mano.