Como toda cultura milenaria que se precie en cualquier parte del mundo, donde cada raza y geografía definen la infinidad de colores de la que estamos hechos los seres humanos y nuestros sueños, los europeos tenemos mitología y leyendas para llenar muchas bibliotecas de Alejandría. Afines quizás a las modas que, en determinados momentos nos hacen mirar a Roma o a Grecia, es igual o incluso más fácil encontrar en la Edad Media el lugar ideal para desarrollar historias por las que no sólo no pasa el tiempo, sino que, a día de hoy, siguen generando nuevos escenarios y, casi tan importante, el interés de viejas y nuevas generaciones. Harían falta mil entradas para hablar de tantos títulos que, seguro a todo amante del buen cómic nos han quedado tan adentro que resulta imposible no volver a menudo a la relectura: desde clásicos como El Príncipe Valiente de Harold Foster a Los Pasajeros del Viento de François Bourgeon; el enorme universo de Lanfeust de Troy creado por Christophe Arleston y Didier Tarquin; Thorgal de Rosinski y Van Hamme; La Búsqueda del pájaro del tiempo de Letendre y Loisel, incluso el Mouse Guard de David Petersen. Pero lo más curioso es que, incluso llegados a nuestros días y a autores que renovaron en especial el panorama del cómic europeo desde Francia como de Joann Sfar y Lewis Trondheim, una de sus historias más famosas, La Mazmorra, se desarrolla también en un atemporal y fantástico cruce de universos medievales.
Mucho más cerca, incluso desde las recomendaciones de este rincón virtual dedicado a los tebeos, todavía siguen pareciéndome asombrosas y recomendables aún hoy obras como La Charada de la Corte de Flore Vesco y Kerascoët o la impresionante Piel de Hombre de Hubert y Zanzim. En la línea de éstas últimas obras, escritas e ilustradas por equipos con renovadas ideas jóvenes funcionando a la perfección sobre el papel, llega ahora a nuestra manos otra pequeña joya que juega a caballo entre la Edad Media y el Renacimiento europeo, según explicaban los autores al presentar este curioso experimento gráfico para adultos que resulta Furiosa.
Geoffroy Monde y Mathieu Burniat no son los primeros en imaginar qué pasa cuando los buenos cuentos con moraleja o las heroicas leyendas tocan a su fin sobre el papel o en la memoria colectiva de quienes han crecido con ellas. Así comienza Furiosa, reinventando en apenas tres páginas todo el mito del Rey Arturo, glorioso soberano y paladín del próspero reino de Pendragon sobre el que un día la realidad se agrietó dejando pasar a una horda de demonios para acabar con el mundo de los hombres. Por el bien y supervivencia comúnes, Arturo logró unificar a todos los reinos vecinos para participar en una lucha a la que la magia de Merlín, el brujo más sabio del reino, añadió una espada mágica con la que el rey logró derrotar a la “legión de las tinieblas”, cerrando el portal e iniciando un período de paz y prosperidad para el reino más poderoso de todos. ¿Pero y después, qué pasó?
Pues después el rey Arturo se ha convertido en un viejo borracho que no logra mantenerse en pie y para quien su espada encantada, es apenas un juguete durante sus vacías horas de vida en las que ni siquiera parece capaz de afrontar la presencia y compañía de su hija Ysabel. Y aquí es donde los autores se sirven de las cadenas que la época elegida tendían inexorables sobre las mujeres, incluso las mismísimas hijas de reyes cuando, llegado cierto momento, apenas parecían una posesión más que intercambiar o regalar a cambio de más poder… Y es que en Furiosa, Arturo ha prometido la mano de Ysabel al viscoso y oscuro personaje del barón de Cumbre, quien llegará en breve para llevarse a la joven e idealista joven junto a un más tenebroso y temible lacayo mudo.
Es entonces cuando la espada encantada quien, por supuesto tiene vida y voluntad propia, comienza a convencer a Ysabel para iniciar juntas una vida lejos de la esclavitud de sus obligaciones establecidas: como espada inservible ya sin enemigos la una y como mujer vendida a su condición en un tiránico mundo dominado por hombres sin cerebro más allá del placer y el poder inmediatos. Sin salida, Ysabel accede a los deseos de la espada con la condición de que vayan a buscar a su hermana desaparecida, Maxine, y comienzan así juntas un viaje en el que, acorde a este sórdido universo en el que la realidad ha convertido en alcohólico a una leyenda, no debes esperar cuentos de hadas o pasajes felices incluso cuando el espectacular dibujo y colores de Mathieu Burniat nos puedan hacen creer que así sea.
Y así, apenas fuera de su lúgubre pero al menos seguro castillo palacio, Ysa debe afrontar la cruda realidad de quienes sobreviven fuera de aquellos muros, donde todo lo que te dan es a cambio de algo, o de mucho si encima se trata de una mujer. Afortunadamente la espada que la acompaña, aunque sea con sus propias intenciones, la ayudará en su búsqueda, desengaños, escaramuzas, peleas directas y en las mil peripecias que les esperan a cada página, en un mundo donde hasta el caos está teñido de un irreverente humor negro que hacen de la lectura de Furiosa una verdadera experiencia, donde se mezclan la dinámica y crudeza narrativas del manga con toques visuales y absurdos que podrían encajar perfectamente en Hora de Aventuras, pero todo sin olvidar la crueldad de la que la impredecible realidad es capaz.
Bajo la notable batuta creativa de Geoffroy Monde, verdadero experto con muchos años y obras de experiencia a las espaldas en las que ha mezclado como pocos lo surrealista con las ideas más originales reescribiendo viejas leyendas oxidadas, disfrutar del hipnotizador dibujo de Burniat y su visión de este mundo propio hacen de Furiosa una de las lecturas más entretenidas, alocadas renovadoras y originales propuestas de cómic europeo más actual. En su periplo apenas iniciado, este dúo creativo logró recientemente con Furiosa el Prix Lyon BD, un galardón recién instaurado por las librerías de una ciudad vital para el cómic francés como es Lyon. La espléndida edición en tapa dura de Norma Editorial donde sobresale la calidad del papel para el excelente trabajo de Burniat incluye como extras bocetos inéditos, estudios de portada e incluso versiones de los personajes a cargo de otros artistas.
SOBRE LOS AUTORES
GEOFFREY MONDE
Geoffroy Monde es lo que podríamos llamar “artístico hiperactivo”. Pintor digital, autor de cómics, músico y criador de Mondain Tiger, el artista hace de todo y no puede resistirse a la idea de sembrar el absurdo por todas partes a su paso. Geoffroy Monde nació y vive en Lyon. Influenciado por Goossens, Pierre La Police y Gotlib, Geoffroy Monde comenzó a publicar cómics online en 2007 en su blog de cómics Saco: Pandemino. Utiliza voluntariamente el absurdo para resaltar la insignificancia de la realidad y nuestra percepción del mundo. Sus primeros cómics en papel, como Papa Sirène & Karate Gérald, Les Vrais Oiseaux y All or Nothing, aparecieron a partir de 2010 (Rabbit). En junio de 2016, su álbum De rien (Delcourt) fue elegido por RTL como Cómic del mes. A partir de 2018 publica la serie de fantasía Poussière (Delcourt). En 2020 participó en la colección de cómics Cul des Sharks Marteaux con el título Le Privilège des Dieux, y en 2021 publicó la colección de cuentos Institut Fluide (Fluide Glacial). En 2022, Geoffroy Monde escribió el guión de Furieuse (Dargaud) para Mathieu Burniat.
MATHIEU BURNIAT
Es uno de los mejores exponentes de la penúltima generación de jóvenes dibujantes francófonos. Como muchos de sus coetáneos, abraza la historieta sin prejuicios y con una voluntad omnímoda. Es decir, viendo en el medio el campo ideal para abordar cualquier tema, ya el género más trillado, ya la temática más novedosa. Burniat se curtió en el campo del dibujo trabajando como diseñador para una compañía que lo enviaba a China con frecuencia. En aquellos viajes acumuló la documentación necesaria para dibujar su primer proyecto en historieta: Shrimp (2012), serie de humor y ciencia ficción escrita por Benjamin D’Aoust y Matthieu Donck, y publicada en dos volúmenes por Dargaud. A continuación, se estrenó como autor completo con la adaptación de una novela de Marcel Rouff, La passion de Bodin-Bouffant (Dargaud, 2014). Después firmó una miscelánea de tebeo y libro ilustrado titulada Les illustres de la table (2016, Dargaud). Pero su proyecto más celebrado hasta el momento ha sido El misterio del mundo cuántico (2016), en colaboración con el físico Thibault Damour.
