La calidad no cesa. Y el talento de autoras y autores de aquí sigue sorprendiendo y cosechando éxitos realmente notables fuera de nuestras fronteras. Lejos de halagos vacíos, Runas es la primera obra larga publicada del diseñador, ilustrador y dibujante, nacido en Barcelona, Carlos Sánchez. Nadie lo diría leyendo las luminosas páginas de este increíble libro, primero de una prometedora trilogía donde su autor nos sorprende de la primera a la última página. No debemos ser los únicos en creerlo con firmeza, ya que Runas fue publicado originalmente en inglés como apuesta de la editorial Flying Eye Books, la misma que convirtió al personaje de Hilda de Luke Pearson en un merecido fenómeno mundial. En el caso de España, HarperKids, el sello de la gran editorial Harper Collins dedicado a títulos infantiles y juveniles, es a quien debemos agradecer ahora que el nombre de Carlos Sánchez y el de sus personajes hayan iniciado su camino en una espléndida edición en tapa blanda en castellano y catalán.
Los buenos artistas, los que acaban formando parte de los mejores, suelen ser personas nacidas con un don que además, nunca dejaron de mirar alrededor sin dejar nunca de aprender. Los mejores creadores de cómic son los que han devorado miles de viñetas a lo largo de su vida y, aún habiendo logrado su toque propio y único, son capaces de reconocer sus influencias porque han perfeccionado su estilo reconociendo lo mejor de los demás. «Desde pequeño siempre he tenido un lápiz en la mano – reconoce Carlos Sánchez en una entrevista promocional-, me encantaba dibujar. Pasaba horas y horas creando personajes y sus historias. Pero no fue hasta que descubrí el mundo del cómic cuando el dibujo se convirtió en mi gran pasión y pronto empecé a dibujar mis primeros «fanzines» caseros. Desde entonces, nunca he parado de diseñar personajes y crear historias. Estudié diseño e ilustración y he continuado creando esos «fanzines» caseros, aunque ahora de manera mucho más profesional».
El dominio narrativo y el manejo del lenguaje gráfico de Carlos Sánchez en su primera obra larga es apabullante. Para empezar y rompiendo la cuarta pared, son sus personajes los que se presentan: la protagonista indiscutible es Chiri, una niña sorda que lleva audífonos aunque necesita leer los labios para entender bien que nos introduce a su vez a su amigo Dai. Sirviéndose de bocadillos para los diálogos de diferente color, lo que leemos de Chiri es en realidad la trasposición del lenguaje de signos a través del que se expresa durante todo el cómic. «Quizás una de las cosas más originales de Runas es el hecho de incluir la lengua de señas de manera natural en la historia y el sistema de magia -explica el autor-. Cuando empecé a crear Runas quise crear un mundo donde el conocimiento de las Señas fuese algo que permitiese a sus usuarios tener una ventaja, que les otorgase más poder y que les permitiese «navegar» a través del mundo de Puddin más fácilmente. Para hacer que el sistema de magia basado en signos y que el personaje de Chiri fuese lo más realista y natural posible, trabajamos con varios consultores especialistas que nos ayudaron. ¡Espero que haya más de un lector que se interese por el lenguaje de señas y la cultura sorda a raíz de leer Runas!»
Pero ese es solo el primero de tantos hallazgos como páginas tiene Runas. Su autor sigue rompiendo moldes a medida que avanza un relato que se inicia en el hogar infantil de Santa Clara, en Pequeño Valle, donde Chiri y Dai son dos niños acogidos que, por supuesto, son el objetivo principal de los abusones inevitables en toda buena historia de personajes diferentes. Huyendo de ellos hacia lo más profundo del cercano Bosque Encantado y en alucinantes viñetas dobles a toda página en las que Carlos Sánchez reincide en su destreza visual, desarrollando la acción ante nuestros ojos con un dinamismo asombroso. En ese punto nos sabemos del todo perdidos en un viaje que nos lleva a unas ruinas abandonadas repletas de inscripciones rúnicas. Por supuesto, animados por el espíritu inquebrantable de Chiri, los protagonistas se adentran en un túnel que les conduce a un sitio COMPLETAMENTE diferente.
Al otro lado, el autor nos abre a lo grande la puerta a su propia mitología, que éste resume en una sola frase como «una historia llena de aventura, magia y comida buena donde todo tiene cabida, desde cabras mágicas hasta sombras que cambian de forma». El primer personaje al que encuentran los aventureros es Yako, el historiador y arqueólogo viajero, quien no duda en aclararles que el lugar al que han llegado Chiri y Dai es un territorio enorme llamado Pastel, donde una de las primeras poblaciones en las que recalan se llama Villa Desayunos por razones obvias. Allí conocerán también a Oko, del pueblo de los Ogroides y a Sophie, una druida que domina un lenguaje parecido al de los signos de Chiri, que en Pastel es, en realidad, el lenguaje usado por los magos. Inevitablemente juntos, tan curioso grupo, tratando de buscar cómo Chiri y Dai pueden volver a Pequeño Valle, habrán de afrontar la presencia oscura que amenaza la paz de todo Pastel: el temible Rey Sombra, que puede adoptar la forma de cualquier ser al alcance de sus siiestros poderes.
Como ya decíamos antes, toda obra original bebe de fuentes que nacieron antes. Aunque Runas no deja de sorprender en todos sus giros. Por supuesto es una obra ideal para jóvenes lectores a partir de 9 años, pero incluso un adolescente y, por supuesto un adulto, encontrarán en su lectura infinidad de detalles diferentes. Amantes de Miyazaki, de la también citada Hilda, de Más allá del Jardín e incondicionales de Hora de Aventuras, Lightfall de Tim Probert (quien no duda en recomendar Runas) o incluso de La Historia Interminable coincidirán en que realmente merece la pena visitar, leer, ver y disfrutar de Runas. Los temas que hacen universal cualquier buena historia están todos unidos aquí con una inteligencia y originalidad apabullantes: «¡Runas significa mucho para mí! -reafirma Carlos Sánchez–. En primer lugar, es el primer cómic largo que he realizado y el primero en ser publicado. En segundo lugar, hay mucho de mi en Runas. Cuando era un niño era un poco como Dai, miedoso y sin atreverme a enfrentarme a nada. Había ciertos aspectos de mí que no me ayudaban a ser valiente (problemas de visión, cierto tartamudeo, poca capacidad social…) y que me hacían sentir inadecuado. El mundo a veces daba miedo y por lo tanto imaginaba otros mundos y lugares fantásticos. Runas de alguna manera bebe mucho de ese Carlos niño y de los lugares que imaginaba. Algunos de los personajes son para mí algo más que personajes. Algunos de ellos tienen algo de familiares, de amigos e incluso de personajes de las historias que me gustaban de pequeño. Runas me ha servido para hacerme ver, también, que soy capaz de cumplir el sueño de ese Carlos que de niño soñaba con dedicarse a dibujar y darle vida a sus personajes e historias».
Lo cierto es que los magníficos dibujos de línea clara de Carlos Sánchez y su acertada mezcla de colores son un todo que nos evade completamente durante toda la lectura de Runas. Y tratando y sin olvidar esos aspectos tan básicos en los que se basa nuestra humanidad como la amistad, la aceptación, la superación personal y la lucha contra nuestros demonios internos a la búsqueda de reconocer nuestra propia estima, reitero la idea de cómo Runas es una lectura para todas las edades que vienen a partir de los 9 años porque en cada momento las conclusiones a su lectura serán diferentes, pero posiblemente todas unánimes: es una obra excepcionalmente original y maravillosamente ilustrada. Lo único «malo» de haber descubierto el universo propio de este autor es que tendremos que esperar, según su editora en España, a leer su segunda parte en junio de 2025 y la tercera en junio de 2026. Mientras tanto, no lo dudes y hazte con este pequeño gran cómic, porque además su autor inicia en este otoño una gira de presentaciones por toda la península que, si coincide en alguna librería cerca de tí, no deberías perderte.
SOBRE EL AUTOR
CARLOS SÁNCHEZ
Creció en Barcelona con un lápiz siempre en la mano. Cuando era pequeño, un cómic cayó en sus manos y cambió su vida para siempre; leer, planificar y dibujar cómics se convirtió en su nueva pasión. Estudió Diseño en EINA, Filosofía en la UB, y completó un máster en Ilustración Creativa en Bau, pero nunca abandonó su amor por los cómics. Le encanta dibujar, leer cómics, comer cereales y jugar videojuegos. Además, disfruta paseando junto a su perrete Dante y su pareja. Actualmente trabaja como diseñador, ilustrador y dibujante de cómics en Barcelona.