Siempre un poco adelantados a su tiempo y a las modas, o quizás completamente ajenos a ellas pero conscientes de infinidad de propuestas creativas que dar a conocer, sólo Diábolo Ediciones podía ofrecernos la posibilidad de descubrir el arte de Pete Von Sholly y con él, un libro de proporciones gigantescas, tanto en forma como en contenido sobre un autor que lleva años poblando y reinventando las estanterías de Diábolo: desde el lejano éxito de los cuatro tomos del Joven Lovecraft de Josep Oliver y Bart Torres hasta el trepidante y alucinante viaje al que nos condujeron Flórez, Sanna y Salomon con su H. P. Lovecraft. Kadath, pasando por los tres desternillantes tomos de La cripta (del horror) innombrable de François Launet, el también imprescindible Lovecraft. Vida y obra ilustradas de Agustín Conde De Boeck y Hernán Conde De Boeck, la versión ilustrada de Herbert West: Reanimador a cargo de Edu Molina o los innumerables especiales, monográficos y relatos incluidos en las páginas de esa revista que rinde tributo a Lovecraft desde su propio nombre: Cthulhu.
Sólo que esta vez, arriesgándose un poco más, la apuesta llegó a tiempo de las pasadas Navidades verdaderamente a lo grande: Todo Lovecraft ilustrado son nada menos que 420 páginas de horror desatado en forma de ilustraciones, dibujos, pinturas e ideas de Pete Von Sholly, un más que curtido y veterano autor norteamericano, que ha escrito su propia vida dibujando monstruos propios y ajenos: para el cine, colecciones de cromos, infinidad de novelas y todo medio imaginable. El libro, editado en tapa dura y con un cuidado papel que resalta notablemente las coloridas visiones de Von Sholly, es especialmente manejable en su formato de 18×26 cm. Siendo honestos, con la loca subida de precios del papel a lo largo del año pasado, que a veces coloca al lector comprador ante integrales de poco más de 100 páginas por más de 35 euros, pagar 37,95 euros por las 420 páginas de Todo Lovecraft ilustrado una vez te has podido asomar a su interior, es hoy en día mucho más que razonable.
Pero volviendo al libro y su interior, la relación de Von Sholly con Lovecraft siempre ha sido tan especial como la de todo aficionado a la obra del de Providence. Y es que, si estás leyendo estas líneas y piensas en hacerte con el libro o quizás las lees habiéndotelo regalado ya (buena elección), sabes que una vez abierta la puerta al horror cósmico de Lovecraft, no hay vuelta atrás y, como sus personajes, sólo cabe seguir leyendo y descubriendo los universos que encerraba en su cabeza otro de esos genios fallecidos antes de ver como su apellido de convertía en leyenda dentro del género.
Pete Von Sholly cuenta con todo lujo de detalles en la introducción a sus ilustraciones cómo fue su llegada a los mundos de Lovecraft que propiciaron toda una vida venerando la obra del autor, dando forma visual incluso a sus horrores más indescriptiles: «Una fatídica tarde de finales de los 60 estaba en la sala de estudio —décimo curso, dieciséis años más o menos y supremamente aburrido— hojeando el volumen ómnibus de la Modern Library titulado Grandes cuentos de terror y lo sobrenatural. Era el único libro interesante que tenían y no sé cómo había llegado allí. La señora Ferris, la vieja bibliotecaria malhumorada, me odiaba y fruncía el ceño cada vez que entraba en su territorio y estaba dispuesta a echarme por cualquier infracción como hablar, respirar, existir y, Dios no lo quiera, tener el pelo largo. (…) Los dos últimos relatos del libro, como si hubieran dejado lo mejor para el final, eran de alguien llamado H. P. Lovecraft: Las ratas en las paredes y El horror de Dunwich. El nombre del autor, como ya he dicho, sólo me resultaba vagamente familiar y aún no había películas sobre sus obras, así que no tenía ni idea de qué esperar. (…) Lo mejor de todo es que había muchos indicios de cosas morando más allá del alcance de la luz… y, lo más importante, una alusión de algo llamado Nyarlathotep. (…) Las insinuaciones eran aún más emocionantes y agradables que los terrores manifiestos. Cuando lo terminé no hubo vuelta atrás. Había conocido el Necronomicón del Árabe loco, Arkham con su Biblioteca Miskatonic, Yog-Sothoth y muchas entidades y conceptos lovecraftianos clave que eran nuevos para mí. Resucitó mi imaginación monstruosa».
Hechas las presentaciones por parte de Von Sholly, solo queda sumergirse de lleno en una experiencia donde la presencia de pequeños textos es apenas una excusa explicativa para asistir a un espectáculo visual único. Adaptaciones gráficas de Lovecraft hoy en día conocemos miles y de muchas clases. Basta recordar esos títulos de Diábolo que mencionaba al inicio de esta reseña, pero seguro conoces muchos más autores: desde las adaptaciones del japonés Gou Tanabe a las visiones reveladas de Guillermo del Toro, pasando por la influencia de Lovecraft en genios como Mike Mignola o el más reciente Tomás Hijo. Sin embargo, cuando te dejas llevar de la mano por Pete Von Sholly, en perfecto orden cronológico, a través de las páginas de Todo Lovecraft ilustrado por toda la obra conocida de Lovecraft, empiezas a pensar que te gustaría cambiar tu concepto del tiempo y pasarte toda una tarde o un día descubriendo lo que Von Sholly interpreta visualmente a partir de la obra escrita del maestro del horror cósmico. Como bien explica el ilustrador, «este libro afirma tener ilustraciones derivadas de “toda” la ficción de Lovecraft y eso es cierto en gran parte, con la excepción de un puñado de fragmentos y escritos de encargo o colaboraciones que, simplemente, no justifican su inclusión, en mi opinión. He tenido que elegir dónde detenerme, así que, si La muerte alada, La última prueba, El clérigo malvado o El hombre de piedra están entre tus favoritos, ruego mis disculpas».
Lo cierto es que todos los relatos que nos llevaron a los aficionados a Lovecraft a seguirle descubriendo, están aquí, desde los iniciáticos como Dagón a Los gatos de Ulthar o Nyarlathotep, pasando por los más conocidos y adaptados a mil y un formatos como Herbert West: Reanimador, Lo innombrable, La llamada de Cthulhu, La búsqueda onírica de la ignota Kadath, El color que cayó del espacio, En las montañas de la locura, La sombra sobre Innsmouth y tantos otros. De entre las muchas virtudes de Todo Lovecraft ilustrado, personalmente creo que el mayor logro de Pete Von Sholly es que sus imágenes son capaces de llevarnos de nuevo a todas esas historias que muchos leímos en otra época, devolviéndonos con tal fuerza, intensidad y color esos recuerdos casi olvidados que, casi como si fuésemos personajes lovecraftianos, nos induce a uno de las costumbres más sanas: volver a leer los relatos originales. Las frases del dibujante para cada cuento, dedicadas a explicar la trama o a contarnos en algún caso breves apuntes sobre cómo llegó a ilustrar esa historia concreta, son el cebo perfecto para recuperar al Lovecraft original. Von Sholly demuestra un estilo propio único, ideal para los oscuros rincones oníricos que ilustra. Sinceramente hay ilustraciones a doble página realmente sorprendentes, sobrecogedoras y espectaculares. Aunque queda claro después de 420 páginas de despliegue visual sin igual que el autor es capaz de adaptarse a cualquier estilo, desde el detallismo casi realista a ilustraciones aparentemente más naif pero espeluznantes a partes iguales, como las de Sueños en la casa de la bruja.
Mención aparte merece el último capítulo del libro: Curiosidades y anomalías fantasmales de los confines del espacio insondable, una serie de ilustraciones más especiales si cabe, en las que Von Sholly rinde homenaje al Lovecraft más humano, con numerosos retratos que le colocan en el centro de sus obras o incluso un conmovedor cómic de ocho páginas que recorre la vida de Lovecraft hasta su triste final, vencido por el cáncer. En este capítulo se incluyen también varias portadas y sobrecubiertas empleadas en algunas ediciones norteamericanas de los relatos de Lovecraft, además de un original díptico final donde se incluyen y enumeran todos los monstruos de la obra del escritor. El libro lo cierran varias citas de nombres tan conocidos como el director Sam Raimi (con quien Von Sholly trabajó en Darkman), o autores tan respetables como Ramsey Campbell. La conclusión de todos la resume Brian Yuzna, director de La novia de Re-Animator: «Pete Von Sholly es el más brillante y completo intérprete visual de Lovecraft en activo en nuestro tiempo. (…) Howard Phillips estaría orgulloso».
Una última mención en lo que respecta a la edición de Diábolo de Todo Lovecraft ilustrado, creo que la merece en este caso concreto el traductor Fernando López Guisado, un detallista y notable colaborador habitual de la editorial. Como en la mayoría de impresionantes títulos norteamericanos de la Diábolo, ya sean sus sobresalientes ediciones de Tales From The Crypt, toda su Biblioteca de Terror de los años 50 o empresas tan intensas y extensas como su edición del John Carter of Mars, la labor en Todo Lovecraft ilustrado ha sido notable al traducir las notas de Von Sholly en relación a los originales de Lovecraft, desde las citas empleadas por el ilustrador a los propios títulos de los relatos, en especial los menos conocidos.
SOBRE LOS AUTORES
H.P. LOVECRAFT
Nació en 1890 en Providence, Rhode Island. Hijo único, su padre murió cuando tenía ocho años, por lo que su educación recayó principalmente en su madre y su abuelo materno. Debido a su delicada salud, fue poco a la escuela y se convirtió en un joven solitario dedicado a la lectura, a la astronomía y a escribir. Trabajó ocasionalmente escribiendo cuentos para periódicos y revistas, y se relacionó, principalmente por carta, con un grupo amplio de escritores de la época. Se casó en 1924, pero su matrimonio duró apenas dos años. Su situación económica fue cada vez más precaria. Murió en 1937 sin que su obra tuviera gran repercusión. Sus relatos y novelas adquirieron la relevancia que tienen hoy en día años después de su muerte. Se le considera un gran impulsor del cuento de terror. Aunque el número de lectores de Lovecraft fue limitado durante su vida, su reputación ha crecido a lo largo de las décadas y no deja de hacerlo, mirando su influencia en los mundos de la literatura, el cómic y el cine. Ahora se le considera comúnmente como uno de los escritores de terror más influyentes del siglo XX, ejerciendo una influencia amplia e indirecta y siendo frecuentemente comparado con Edgar Allan Poe.
PETE VON SHOLLY
Pete von Sholly lleva dibujando desde la infancia, cuando le fascinaba la revista de culto Famous Monsters of Filmland y devoraba películas clásicas de monstruos en una televisión en blanco y negro después de que la familia se acostase. Su fascinación le llevó a desarrollar una extensa carrera como dibujante de guiones gráficos en más de cien largometrajes de Hollywood, entre ellos: Cadena perpetua, La milla verde, La niebla, La máscara, Darkman y Mars Attacks. Ha realizado también guiones gráficos de un Pumpkinhead, un Pinhead, un Jason, dos Freddy Krueger y tres Chucky. Además, ha producido novelas gráficas llenas de monstruos, maquetas y cartas coleccionables publicadas por: Dark Horse, IDW, BOOM! y Kitchen Sink, entre otros. Ha creado ediciones profusamente ilustradas de libros clásicos de terror de H.P. Lovecraft, Joe R. Lansdale y Stephen King. También hay que mencionar dos incursiones en la sátira política, elogiadas por The Washington Post y citadas por Village Voice como los mejores cómics del año, que representan gráficamente lo que él considera los verdaderos monstruos de nuestro tiempo: los políticos.