El pasado 14 de marzo se produjo un evento indispensable para los amantes del rock urbano español con la reunión de dos imprescindibles del género. Haches, grupo procedente del barrio madrileño de Hortaleza formado en 2019 por músicos ya experimentados en formaciones anteriores, junto a Tregua, desde A Coruña para visitarnos en la sala Nazca en su gira por España.

Alrededor de las 20:30 comenzaba el espectáculo con Haches subiéndose al escenario, con su tema “Sin Molestar”, transmitiendo al público toda su energía para comenzar la velada por todo lo alto. La interacción que tuvieron de forma constante con el público hizo que el concierto fuese ameno y entretenido, además de por el disfrute de su música. Mostraron un rock urbano que en la sala hizo que el público saltara y coreara las canciones.
Antes de tocar “Arde Hortaleza”, su cantante nos recordó que se cumplen 5 años desde que comenzó el confinamiento por covid-19 y con dicha canción quisieron recordar a las personas que ya no están con nosotros, así como los momentos de juventud vividos en su barrio. Para hacer aún más énfasis en el orgullo por sus raíces, terminaron su presentación con su tema “Somos de Hortaleza”, que se trata de una colaboración con Porretas, alentando al público a cantar con ellos.

Poco después, con una sala Nazca prácticamente llena, se subió Tregua al escenario, alrededor de las 21:45, con un vídeo de introducción como carta de presentación del grupo, siguiendo con su primer tema de la noche, “A Largo Plazo”. Tuvieron una gran acogida por parte del público, que parecía ansioso por verles.
Con su rock urbano, con un estilo quizá algo más suave que Haches, tocaron 12 canciones que hicieron saltar y cantar a la audiencia, especialmente durante “Descalzo”, con la que se despedían al final de su setlist, agradecidos a toda la gente que estuvo allí, sobre todo después de venir desde Coruña.
Después de eso, dado la gran recepción del público, nos regalaron dos temas más como bises para completar el concierto: “Uña y Carne” y “Agua Pasada”, canción que la gente siguió cantando incluso después de que hubiese terminado, demostrando las pocas ganas que tenían de que acabara el concierto.