Si revisas, lees o relees cada entrada de esta sección dedicada al mundo del cómic, posiblemente vas a encontrar que cada libro, novela gráfica o tebeo no sólo tienen una temática diferente, sino que explican y demuestran las mil y una caras y aplicaciones posibles del Noveno Arte. Imprescindible refugio de ideas en las que posiblemente se basan más de la mitad de películas estrenadas, por poner un ejemplo, su relación y puentes al resto de Artes son tan naturales como accesibles. Y, por increíble que parezca, como siguen demostrando algunos autores, las posibilidades del medio siguen siendo infinitas. Buñuel y los sueños del deseo es sólo otra muestra más de todo esto. Sorprendente obra escrita a seis manos por el escritor, director y productor especializado en danza, teatro y cine Óscar Arce junto al dramaturgo, director y guionista Esteve Soler y al historietista e ilustrador Fermín Solís, esta novela gráfica fue curiosa e inicialmente un guión cinematográfico escrito por Arce y Soler. El añadido del trazo suelto y amable, pero sumamente serio y capaz de contarlo todo de Fermín Solís demuestra una vez más la libertad que ofrecen las viñetas para contar lo que a veces ni consumados profesionales se ven capaces de encuadrar soñando con una pantalla de cine. Incluso si de quien se habla es del director Luis Buñuel. “Lo que empezó como un guión de cine -apuntaba Óscar Arce en la rueda de prensa en que los tres autores presentaban la obra-, necesitaba de algo más para enriquecer la historia que teníamos y por eso pensamos en Fermín y ahí entra Fermín y se nos metió en la cabeza y él se metió en el espíritu de Buñuel y Carrière y ahí tienen la novela gráfica”.
Cuando conoces el pequeño detalle de que Buñuel y los sueños del deseo nació como guión de cine comprendes mejor las decisiones gráficas de un dibujante tan solvente como Fermín Solís al afrontar esta narración. Sabes que estás leyendo una novela gráfica pero algo en tu subsconciente te traslada a la sala a oscuras, a la pantalla donde transcurre lo que te quieren contar. En una reinvención de si mismo y todos sus posibles estilos, quizás el más importante haya sido reencontrarse con el personaje de Luis Buñuel después del merecido éxito que supuso para el autor su obra Buñuel en el laberinto de las tortugas, finalista del Premio Nacional de Cómic y editada también por Reservoir Books.
“En cierto modo fue como un reencuentro con un viejo amigo aunque tuve reticencias al principio -apunta el dibujante-. Yo no me veía jamás haciendo una segunda parte de Buñuel en el laberinto de las tortugas porque era como seguir explotando el tema de Buñuel para seguir haciendo libros y no me apetecía para nada eso. Pero cuando se puso en contacto Óscar conmigo, hace tiempo, antes de la pandemia incluso, fue para seguir narrando momentos históricos de la figura de Buñuel. Cuando me volvió a contactar no tenía muchas ganas, pero me pasó el guión que habían escrito Esteve y él y me fascinó y me convencieron. Es una historia interesante para contar. Ésta fue una oportunidad para volver a dibujar a Buñuel al estilo con el que dibujo ahora, de modo que se dieron una serie de elementos que me hicieron volver a encontrarme con este personaje. Bastante adelante en el tiempo al Buñuel de las Hurdes. Ahora tengo el bagaje de muchos más años de dibujo y de conocer mucho más a Luis Buñuel. La figura de Carrière ha sido además un gran descubrimiento para mí”.
Jean-Claude Carrière fue un escritor y guionista que colaboró con Luis Buñuel en la última etapa creativa del cineasta, como coautor de seis guiones (entre 1964 y 1977). Sobre el inicio de su relación, Carrière recordaba en una entrevista concedida al Instituto Cervantes en el Centenario del nacimiento de Buñuel cómo “cuando nos encontramos me preguntó si me gustaba el vino, lo que interpreté como una pregunta para saber si pertenecíamos al mismo mundo. Le contesté que no solamente bebía vino sino que procedía de una familia de viticultores. Su rostro se iluminó. Mucho tiempo después, refiriéndose a aquel encuentro, me confesó: «Supe en seguida que tendríamos al menos un tema de conversación si el trabajo no iba bien»”.
Lo cierto es que escribieron nueve guiones juntos y seis de ellos se convirtieron en películas. La primera fue Diario de una camarera en 1963 y, justo cuando trabajaban en su segunda colaboración maestra, que sería el largometraje imprescindible Belle de Jour que se estrenaría en 1966, llegamos a las páginas de Buñuel y los sueños del deseo, relato del íntimo momento histórico y a la vez doloroso parto creativo que unió para siempre el destino de ambos creadores. Esteve Soler afirma rotundo cómo el tiempo elegido “es un momento fascinante de la etapa de Buñuel. Llega con una serie de dificultades incluso de salud y en ese instante se encuentra a punto de hacer el que será uno de sus mayores éxitos, tanto a nivel comercial como de crítica con el León de Oro de Venecia. Y nos gustaba que fuera un momento de pura creación, que esos dos personajes que van a convertirse en verdaderos faros del siglo XX son personajes que están viviendo una situación que les va a consolidar como amigos porque se trata en realidad de una historia de amistad y también de creación”.
Buñuel y los sueños del deseo, como muchos de los personajes del propio cineasta, refleja a la perfección la lucha de un genio por sobreponerse a la mediocridad y ser capaz de mantener en pie sus ideas, superando lo creado antes. La primera parte de esta sobrecogedora novela gráfica transcurre apenas en el intento de transformar la novela que muchos otros directores calificaron como «imposible» de llevar al cine. En páginas de hojas de guión y copias de la novela rotas, Buñuel no oculta su propia crisis vital, creyéndose ya tan cercano a la muerte que no duda en presentarse como fantasma y eco de si mismo a los personajes que con él se cruzan. A su vez, Carrière, asiste al desmoronamiento de su matrimonio mientras le carcome la falta de avance y las dificultades que le impone Buñuel pretendiendo la absoluta libertad creativa por encima incluso de quienes producían la película, que fueron quienes propusieron a Catherine Deneuve como protagonista e Yves Saint-Laurent como diseñador de vestuario pese al rechazo inicial de Buñuel.
Por suerte la Historia nos delata que guardaba en esta ocasión una continuación feliz para ambos personajes, quienes aceptando su profunda amistad afrontan lo peor del reto, abrazando el surrealismo de su situación hasta el extremo de aceptar la curiosa y destacada presencia de Henri y Georgette, una pareja de entrañables septuagenarios a los que Buñuel aludía realmente y que ayudaron a que Belle de Jour fuese real. Y así logran escribir el “fin” a su guión y el punto y seguido a un relato encomiable, que va de mucho a más y que nos coloca en primer plano de un momento único en la vida de ambos creadores con todo lujo de detalles. Como director del Luis Buñuel Film Institute, Óscar Arce apunta sobre las muchas situaciones e información convertidas en dibujo por Fermín Solís: “una gran cantidad de esto ha sido gracias al tiempo que he pasado yo con los hijos de Buñuel, Juan Luis y Rafael y también con Carrière. Era importante para ellos dejar la historia de su padre correcta, especialmente la historia de Henri y Georgette. Carrière fue muy importante. Aparte teníamos muchas fotografías en el archivo, la correspondencia de ellos, los guiones. También fue importante que Fermín, Esteve y yo nos encontramos en Madrid y seguimos los pasos de Buñuel: fuimos al cine Doré, a Calanda, al Espejo. Les enseñé los lugares y, como Carrière con Buñuel, compartimos unas copas con la fantasía y salió el espíritu”.
A medida que te adentras en las páginas de Buñuel y los sueños del deseo, aumenta tu sensación sobre la importancia de una lectura que recomiendo a todo aficionado a la novela gráfica, al cine clásico y a quien admira la carrera y habilidad gráfica de Fermín Solís. A cada nuevo guiño de este guión contado en viñetas comprendes el coherente juego metacreativo al que te llevan su creadores, conscientes de haber construido en esta novela gráfica un testimonio real, vital para entender el punto de inflexión en que Buñuel logró con Belle de Jour y su obra posterior el éxito comercial y entre el público general que lo personal de su obra anterior, también aclamada por la crítica, aún no había conseguido.
Y por si os queda alguna duda, os dejo con las palabras de Rafael Buñuel, hijo del cineasta sobre esta gran novela gráfica llamada a abrirle aún más puertas al talento gráfico de Fermín Solís: “A mi padre le encantaban tres cosas: tomar una copa con sus amigos, soñar y una buena historia. Me alegro mucho de que esta historia de Henri y Georgette se esté dando a conocer. Es uno de los puntos más importantes de su carrera. Lamenté mucho la muerte de mi hermano, así como la reciente muerte de Jean-Claude Carrière. Carrière fue fundamental en el gran regreso de mi padre con Belle de Jour. Cambió nuestras vidas y también el cine internacional. Carrière lo decía bien: cuando alguien cruza su vida con Buñuel, ya no es el mismo. Poder tener esta puerta abierta a cómo mi padre expresaba sus películas es un gran tesoro y un homenaje a la historia del cine. Espero que quienes lean esta novela gráfica aprecien por fin el enigma que fue mi padre”.
SOBRE LOS AUTORES
FERMÍN SOLÍS
(Madroñera, 1972) es historietista e ilustrador. Se consolidó como uno de los autores españoles con más proyección de futuro e internacional con la publicación de la novela gráfica Buñuel en el laberinto de las tortugas (2008, 2019), finalista del Premio Nacional de Cómic. Tras dedicarse durante casi una década al libro infantil y juvenil, en años recientes ha regresado a la novela gráfica para adultos de la mano de Reservoir Books, con los libros Medea a la deriva (2021) y Elia (2023). Su obra se ha traducido y publicado en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania y Francia.
ÓSCAR ARCE
Óscar Arce es un escritor, director y productor especializado en danza, teatro y cine. En su labor como historiador cultural, cofundó el Luis Buñuel Film Institute (Instituto de Cine Luis Buñuel) junto a Juan Luis y Rafael Buñuel. El LBFI se centra en el archivo, catalogación y concesión de licencias de obras relacionadas con estudios buñuelianos. Actualmente vive en Los Ángeles como director del Luis Buñuel Film Institute y sigue trabajando mano a mano con los herederos de Luis Buñuel. Estudió Filosofía y Arte en la universidad Loyola de Los Ángeles. Es también productor ejecutivo y agente de talentos en Banana Productions y CEO de Translux Films.
ESTEVE SOLER
(Hospitalet de Llobregat, 1976) es dramaturgo, director y guionista. De su obra cinematográfica destacan el corto Interior. Familia (2014) y el largometraje 7 razones (2019), con una amplia trayectoria en el circuito de festivales internacionales (South by Southwest, San Sebastián, Karlovy Vary, Valladolid, Raindance, Málaga, BFI London, Sitges, Fantasporto) y galardonados asimismo en el 22º Festival de Málaga y en los Premios Gaudí 2020. En el género dramático, sus obras han sido traducidas a 20 idiomas y estrenadas en un centenar de teatros de todo el mundo, desde el Teatre Lliure de Barcelona hasta el Theatertreffen berlinés, con reconocimientos como el premio Godot, el premi Butaca y el Serra d’Or.
